El idilio de Trae Young con los actuales playoffs continúa. En el primer partido de las Finales del Este, el base de los Hawks hizo que los suyos golpearan primero llevándose la victoria de Milwaukee por 113-116, recordando a los Bucks que, si bien han vencido al coco de la conferencia, Atlanta tiene aún mucho que decir. De esta forma, el cuadro de McMillan ha arrancado sus tres series de playoffs ganando fuera de casa, triunfos que fueron fundamentales en el devenir de las eliminatorias anteriores y que podría serlo también en esta.
Si a alguien puede atribuirse la responsabilidad de la victoria es a Trae Young, que con 48 puntos firmó su mejor anotación de la temporada y se encargó tanto de mantener con vida a los suyos cuando peor estaban como de comandarlos cuando más brillaban. El base parecía tener respuesta a cada canasta de los Bucks, a quienes no dejó despegarse jamás y a quienes volvió completamente locos a base de triples, floaters, crossovers y una infinidad de recursos ofensivos que muy pocos pueden igualar. Además, redondeó su actuación con 11 asistencias y 7 rebotes, poniendo la guinda a una noche redonda en lo personal y colectivo.
Fue en concreto en el tercer cuarto cuando Trae alcanzó sus mayores cotas de juego. No solo anotó sin parar, sino que lo hizo convirtiendo cada posesión de los suyos en una acción para la galería. El alley oop a tablero a Collins o el quiebro a Holiday para posteriormente sacudir los hombros antes de anotar un triple fueron sin duda los más destacados, pero en general casi cada balón que pasaba por sus manos se convertía en un highlight de forma inmediata.
El recital, sin embargo, terminó con la llegada del último cuarto, en el que Milwaukee sacó su versión más agresiva y logró recuperar la ventaja. De la mano de Giannis Antetokounmpo, que terminó con 34 puntos, 12 rebotes y 9 asistencias, y Jrue Holiday, que ofreció su mejor cara con 33 tantos y 10 asistencias, los locales amagaron con tomar las riendas del choque en el cuarto periodo, pero de nuevo los Hawks tenían algo que decir al respecto. Un 2+1 de Trae logró despertarles antes de que fuera demasiado tarde, y en los compases finales usaron su poderío interior para terminar de hacerse con el triunfo.
Y es que, pese a Milwaukee se ha caracterizado por dominar el rebote y la anotación en la pintura de forma clara casi en cada partido, esta vez terminaron de desangrarse en esas facetas. Las continuas canastas de Trae Young tras pick & roll obligaron a Budenholzer a sentar a Brook López en el último cuarto, pero precisamente la ausencia del pívot dio vía libre a Clint Capela para hacerse amo y señor del rebote. El suizo capturó primero un rebote que terminó en triple de John Collins, autor de 23 tantos, y en la siguiente posesión fue él mismo quien anotó tras su propia captura y devolvió la ventaja a los suyos a falta de 29 segundos, terminando así con 12 puntos y 19 rebotes, 4 de ellos en ataque.
Los Bucks tuvieron oportunidades para ganar o empatar, pero usaron cada una de una forma más extraña. En la primera, fue Pat Connaughton quien, aún con muchos segundos en el reloj, se jugó un triple que se quedó lejos incluso de tocar el aro. En la segunda y última, ya con el definitivo 113-116 en el marcador, fue Khris Middleton, que jugó otro partido muy pobre, quien buscó el empate mediante un triple que, como los otros ocho que intentó, no entró.
Así, Atlanta certificó su triunfo en un duelo que sirvió para recordar que han llegado a estas Finales de Conferencia dispuestos a pelear por todo y que Trae Young tiene su propio asiento en el olimpo de la liga. El viernes tendrá lugar el Game 2, en el que los Bucks deberán responder sí o sí si no quieren que la serie viaje a Georgia muy cuesta arriba para ellos.
(Fotografía de portada: Patrick McDermott/Getty Images)