Tres partidos era lo que Kyrie Irving se había perdido por culpa de una lesión en su tobillo derecho, pero volvió a las canchas como si nada de esto hubiera sucedido y esas molestias ya no las tuviera.
Con 23 puntos, el base fue el máximo anotador de los Cavaliers en la derrota que cosecharon por 102-108 frente a los Mavericks, dando así por finalizada la buena racha de triunfos que estaban acumulando.
Esa lesión en el tobillo se había producido en un entreno de la semana pasada, cuando Anderson Varejao le pisó involuntariamente.
«Creo que estuvo muy bien», señalaba David Blatt, refiriéndose al estado físico de Irving. «El mero hecho de que jugase los minutos que jugó y la velocidad con la que lo hizo, también compitiendo bien en defensa, es una buena señal. Kyrie es un jugador especial».
El que no disputó un minuto ante Dallas fue Kevin Love, que había jugado en los primeros cuatro partidos de pretemporada y el entrenador Blatt decidió darle descanso.