Renunciar a un salario atractivo de China por un 15º puesto en una plantilla NBA es una cosa. Hacerlo por jugar en la G League… es otra. Trey Burke confiaba ciegamente en sus posibilidades, y hoy los hechos le dan la razón.
Con solo 25 años ya ha sido vomitado y vuelto a engullir por la NBA más de una vez. Habiendo probado las mieles y los sinsabores de la fama, tuvo la humildad suficiente para ponerse el mono de trabajo y volver a convencer desde abajo. De casi Novato del Año a afiliarse a los Westchester Knicks de la G League en busca de una oportunidad.
Buen estreno
Hoy esa oportunidad le ha sido concedida y la está aprovechando. En la Gran Manzana apostaron por su ascenso y ocupó el puesto de Sessions en la rotación. Acertaron. En solo dos apariciones con los Knicks (ambas resueltas con victoria) ha sido capaz de promediar por el momento 6 puntos en 11,5 minutos, con un 57% en tiros de campo. Ahora, los tres millones de China a los que dijo ‘no’, duelen menos.
«Scott Perry, ese es mi hombre —desvela Burke sobre el GM de los Knicks—. Me dijo que me daría una oportunidad viniendo aquí [a los Westchester], y que si hacía lo que sé hacer, me darían otra oportunidad [en los Knicks]. Ahora aquí estamos, y solo tengo que continuar mejorando».
Burke firmó por los Knicks por 784 mil dólares hasta final de temporada. Una cantidad alejada de los 3,4 millones que cobró con los Wizards en su último año de escala salarial rookie, y también a varios cientos de miles de dólares de los 3 millones que se habría embolsado de aceptar la oferta de un equipo de la liga china este mismo año.
Si rinde bien en los meses que quede por delante, puede que en verano esté en condiciones de firmar su primer contrato negociado norteamericano que le permita olvidar del todo la tentación asiática.