Trey Burke quiere aprovechar la oportunidad de los Knicks

Seleccionado como número 9 del Draft 2013 por Minnesota Timberwolves, Trey Burke aterrizó en la NBA catalogado como uno de los mejores talentos de su promoción. Traspasado en la misma noche del sorteo a Utah Jazz en una operación por S. Muhammad y G. Dieng, el joven jugador aprovechó sus primeros pasos en la máxima competición de la mano de Tyrone Corbin. Pese a que inició el curso como reserva, pronto lograría hacerse con el puesto de base titular. En su año de novato disputó 70 partidos oficiales con unos promedios de 12,8 puntos, 3 rebotes y 5,7 asistencias en 32,3 minutos, formando parte del Mejor Quinteto de rookies.

Sin embargo; las cosas no marcharon bien para la franquicia de Utah, últimos de la Conferencia Oeste con un registro de 25-57. Un resultado que les permitió escoger en la 5ª posición del Draft 2014. Y llegó Dante Exum. Competencia directa para Burke y un auténtico mazazo para su confianza. «Tenía 20 años. Nunca me había pasado. Trajeron un base al año siguiente de que yo fuera parte del mejor quinteto. Mermó un poco mi confianza. Este juego es tan mental como físico», señaló en The Knicks Journal. «Me molestó. Pero aprendí de ello. Sé que para el futuro ya no me causará más problemas porque me ha convertido en un jugador mucho más fuerte», agregó.

En la siguiente campaña, ya con Quinn Snyder a los mandos del banquillo, sus minutos disminuyeron en favor de jugadores con mayor presencia física y defensiva, y ya en su tercer y último año su rol fue mucho más secundario, lo que catapultó su traspaso en verano de 2016 a Washington por una insignificante segunda ronda.

«Creo que no aproveché la oportunidad cuando me seleccionaron por primera vez», reconoció. «Desearía haber tenido un toque de atención al principio de mi carrera. Pero lo bonito de esto es que ahora tengo otra oportunidad. Mucha gente ha visto lo que puedo hacer, liderar al equipo… Una cosa que aprendí es que puedo ser flexible. Ser capaz de resistir a lo bueno y a lo malo. En esta liga no puedes estar ni demasiado arriba ni demasiado abajo porque son muchos partidos. Estás viajando todo el día, así que tienes que encontrar el equilibrio», explicó.

En la capital las cosas no fueron mucho mejor y con todo un John Wall por delante en la rotación, apenas disputó 12,3 minutos por jornada (5 puntos y 1,8 asistencias). Ya como agente libre este pasado verano rechazó oportunidades de Oklahoma City, Houston o New Orleans para enrolarse en las filas de los Westchester Knicks, equipo afiliado a la franquicia neoyorquina. Su paciencia ha dado sus frutos y, tras brillar en la G League, los dirigentes Steve Mills y Scott le han firmado hasta final de año.

«Significa un mundo para mí», destacó. «Tener la oportunidad de jugar frente a grandes seguidores y jugar en Nueva York. Nunca tuve la oportunidad de hacerlo aquí. Siempre viajé, vine y jugué. Pero tener la oportunidad de hacerlo noche tras noche y obtener minutos constantes y demostrar lo que puedo hacer. Tengo la suerte de poder divertirme y veremos que me depara el futuro», concluyó.


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