Última posesión para los Spurs, típica bola que quema. El partido por decidirse y los Rockets uno arriba. Imposible que estuviese más interesante. En ese momento el esférico le llegó a un Patty Mills que estaba solo tras moverla bien los de Gregg Popovich. Y claro, ante tal oportunidad, Mills no falló y anotó el triple de la victoria. Bang.
“No tengo ni idea de cómo ha sido, amigo”, confesaba entre risas el propio Mills al acabar el encuentro. “No hice nada más que estar quieto ahí esperando”. Ese triple a falta de 12,9 segundos sería definitivo para que los Spurs se llevasen el triunfo de Houston por 100-102, y además acumulasen un tremendo balance de 15-1 como visitantes, aumentando aún más la distancia con los Rockets en la clasificación. Kawhi Leonard aportó 21 puntos, por los 17 tantos y 10 rebotes de LaMarcus Aldridge.
Oportunidad perdida de Houston
“Ha sido muy duro, especialmente cuando hemos dejado que una gran oportunidad se nos escape”, señalaba James Harden, autor de 31 puntos, 10 rebotes y 7 asistencias y nuevamente el mejor de los Rockets. “Tenemos que saber cerrar los partidos. No lo hemos logrado como equipo”.
Las rachas desde luego van por barrios y, sobre todo, por días. Después de lograr al menos 15 triples en cinco partidos seguidos, los Rockets anoche no estuvieron ni mucho menos acertados de cara al aro, logrando convertir solo 6 de los 38 intentos realizados.
“[También es mérito nuestro] porque estuvieron mal en el tiro”, dijo Manu Ginóbili. “Hicimos un trabajo muy bueno, pero es cierto que ellos fallaron algunos tiros abiertos, algo que no suelen hacer”.