El puesto de base es algo a lo que se le ha dado muchas vueltas en Philadelphia desde hace años. Si bien con la llegada de Ben Simmons parecía que tendrían la demarcación cubierta durante más de una década, su salida supuso un vuelco a la situación hasta el punto de ser Tyrese Maxey quien tuvo que asumir ese rol cuando apenas comenzaba su segundo año en la NBA. Ahora, con la petición de traspaso de James Harden, el jugador de 22 años se enfrenta a una situación similar; eso sí, entiende que a título individual no se puede comparar lo que vivió entonces con un presente en el que está mucho más preparado para la presión.
«Es una situación muy diferente. Honestamente, no hay comparación, porque en ese momento simplemente no estaba preparado para ello. Estaba preparado en cuanto a baloncesto, pero mentalmente no lo estaba para todo lo que vino. Vino con una responsabilidad enrome… Honestamente, solo estaba intentando mantenerme a flote. Desde el principio de la temporada no era yo mismo», admite a Ky Carlin de Sixers Wire.
Afrontando su cuarto año en la NBA (y en Philadelphia), Maxey puede ser catalogado sin duda como la mejor noticia del equipo en estos años. Más allá de ver a Joel Embiid ganando al MVP, la progresión del guard ha hecho de los Sixers un equipo mucho mejor. Está por ver si como base puede ser lo que esperan de él, pero los 20,5 puntos, 4,8 rebotes y 3,5 asistencias que promedió el curso pasado solo anuncian cosas buenas para la organización de Pensilvania.
(Fotografía de Dustin Satloff/Getty Images)