El efecto gaseosa se ha apoderado de Cleveland. Con la revolución de la plantilla y las dos victorias consecutivas antes de parón por el All-Star —paliza incluida a los Celtics en Boston—, parecía que los cambios habían surtido efecto inmediato y que el despegue del equipo era inevitable. Ahora, tras dos derrotas en tres partidos, la espuma se ha disipado dando lugar a una conclusión previsible: queda mucho trabajo por delante.
No queda lugar a dudas. La derrota ante San Antonio en The Q por 94-110 ha dolido y mucho en el seno de los Cavaliers; tanto que Tyronn Lue aprovechó el siguiente entrenamiento para dar un toque a los nuevos jugadores del roster: deben hacer su trabajo sin que la presencia de LeBron James les influya.
«Simplemente nos estancamos un poco. Tenemos que ser agresivos y no depender de que LeBron haga mucho. Tenemos que ser agresivos, especialmente en la transición. Tenemos que ser capaces de completar las jugadas, pero tenemos que tener esa misma confianza para hacer las jugadas mientras él esté en la cancha. Eso es lo más importante de lo que Lue nos ha recalcado hoy», expresa Rodney Hood.
El Rey impresiona desde fuera, pero como compañero parece que eso se magnifica. Ante los Spurs LeBron anotó 33 puntos con 25 tiros mientras que los cuatro jugadores nuevos se quedaron en 29 puntos con 28 lanzamientos. Esos son los datos generales, pero si vamos a cada individuo comprobamos que Hood, quien ha pasado de 16,8 puntos con 14,2 tiros a 10,6 puntos con 9 tiros, es quien está menos asentado en el engranaje de los de Ohio. Por ello, Lue quiere centrar esfuerzos en involucrarle.
«Tenemos que hacer que entre más en contacto con la bola. Tenemos que asegurarnos de encontrar el equilibrio entre que él tenga el balón en sus manos y que lo maneje Jordan. A partir de ahí, cuando tenga la bola debe ser agresivo. Creo que está a mitad de camino, pero no estoy seguro».
Ser menos previsibles
Cuestionado por el momento que vive el equipo, Lue cree que el hecho de tener poco tiempo para trabajar con los nuevos les está afectando hasta el punto de ser «previsibles» para las defensas rivales. «He pensado que hoy era un buen día para enseñar nuevos conceptos. He podido agregar algunas cosas nuevas ofensivamente porque hasta ahora, con solo dos o tres entrenamientos, somos predecibles hasta el punto de que los que están delante se sienten cómodos y se aprovechan de eso», sentencia.