¿Están perdiendo peso los pívots en la NBA? Es un hecho. Hasta hace no muchos años hacerte con un buen ‘cinco’, con un jugador que intimidase y cerrase el rebote, era casi una obligación. Ahora, con el small ball al frente, podemos decir que ha pasado de moda.
Ejemplo de ese cambio generacional fueron los traspasos de Nerlens Noel y DeMarcus Cousins. Aunque se diesen bajo la presión de la fecha límite, el precio por el que ambos jugadores abandonaron sus equipos se antoja nimio respecto al valor que hubiesen tenido hace años. Quizás por ello, Phoenix Suns, conjunto dispuesto a dejar salir de Tyson Chandler, no puso gran empeño en que así fuese.
Los de Arizona, sabedores de que contaban en su filas con un veterano que podía llamar la atención de contendientes al anillo, llegaron a preguntar a su jugador si estaba interesado en salir. Chandler dijo «no».
«Eso es cierto. Me siento como si hubiese empezado un camino que quiero ves hasta dónde nos conduce. Si las cosas cambian, no sé qué podría ocurrir, pero mientras esté aquí intentaré hacer lo mejor por este grupo de jóvenes. No quería ir a ningún sitio. Quería permanecer en este grupo y concluir lo comenzado», explica a Arizona Republic.
¿Hay mejor opción?
A Chandler le restan aún dos años de contrato por un montante global de 26,8 millones de dólares. ¿Estaría dispuesto un candidato al anillo a asumir su salario? Difícil. Justo esto enlaza con las opciones de los de Arizona para lograr un acuerdo ventajoso por su jugador. Se antojan reducidas. Resumiendo: no sería raro ver a Chandler acabando su contrato con Phoenix.