Un Curry de leyenda acaba con la temporada de Sacramento

¿Y vosotros? ¿Dónde estabais el día que Stephen Curry metió 50 puntos en un Game 7?

Los Golden State Warriors serán el rival de los Lakers en semifinales de conferencia. Los de San Francisco doblegaron a los Kings por 100-120 en el séptimo y decisivo partido para terminar de imponerse por 4-3 en la que ha sido sin duda la mejor eliminatoria de primera ronda. Y lo hicieron porque tienen un extraterrestres con el 30 a la espalda jugando como base.

Stephen Curry decidió desde el primer minuto que esta iba a ser su noche. Tenía que serlo por el bien de los suyo. Buscó desde el inicio ser más agresivo en la anotación, resolver más jugadas de lo habitual, asumir más peso del que había cargado hasta ahora. Y en cuanto los primeros triples empezaron a llover, aparecieron las primeras caras de preocupación en el Golden 1 Center.Iban a pasar cosas.

Unas dos horas más tarde, Curry anotó una bandeja sobre la defensa de Sabonis y se convirtió en el jugador que más puntos ha metido en un séptimo partido en la historia de la NBA. 50 ni más ni menos. Para ello, tiró más tiros que nunca en su carrera. 38 en concreto. Sabía que tenía que ser el hombre. Que era él o nadie. Pero para quien ha librado mil guerras mundiales, qué es una pelea más.

Y es que a su lado, Steph se encontró a un Klay Thompson que firmó un 4/19 en el tiro, a un Andrew Wiggins que no estuvo mucho mejor con su 5/16, y a un Jordan Poole que, en sintonía con el resto de la eliminatoria, se quedó en un 3/9. Desde luego, no eran los ingredientes ideales para soñar con un triunfo en el encuentro más importante de la temporada hasta el momento. Pero poco importó. Hay gente que no necesita saber vestir porque es tan guapa que al final todo le queda bien. Y el de hoy fue uno de esos partidos en los que parece que da igual cómo juegues porque cuando tienes a Curry en tu equipo al final todo acaba bien.

Muerte, impuestos y el tercer cuarto de los Warriors

Steph iba desde muy temprano camino de hacer historia con sus 20 puntos al descanso, a cada cual más necesario. Golden State tuvo muchos problemas para contener a Sacramento en la primera mitad, en la que se encontraron con un Domantas Sabonis más agresivo y efectivo que nunca en la serie y con hombres como Malik Monk, Trey Lyles o Terence Davis dando un paso adelante en el Día D. Las sensaciones eran muy favorables a los locales, pero para cada buen parcial de los Kings, había un respuesta de Curry, que fue el responsable casi en solitario de que el marcador reflejase un apretado 58-56 cuando dio comienzo en el tercer cuarto.

Y todos sabemos qué pasa con los Warriors en el tercer cuarto. Los de Steve Kerr parecieron cambiar el chip y empezaron a hacerse con las riendas del choque, dominando de forma clara el juego y, por primera vez en la serie, evidenciando que un equipo viene de ganar el anillo y el otro se está estrenando en unos playoffs. Las sensaciones dieron un vuelco de 180 grados, y aunque Curry tuvo mucho que ver, el que comenzó a imponer el dominio visitante fue un gigante en la pintura.

Looney y las segundas oportunidades

Kevon Looney ha sido fundamental en toda la serie por su poderío en el rebote, pero nunca se había mostrado tan dominante, tan apabullante, tan incluso desesperante como en el tercer periodo de este Game 7. El pívot acabó el choque con un total de 21 rebotes, de los cuales 10 llegaron en este parcial y de los 7 fueron en ataque, lo que concedió a los suyos una infinidad de segundas opciones que aprovecharon para empezar a estirar la distancia en el marcador. Si existe algún sonido que asociar al sentimiento de resignación, ese es el suspiro colectivo que soltó la grada del Golden 1 Center al verle coger otro balón suelto bajo el aro y anotar en otra segunda oportunidad. Todos iban a sus manos y no hubo nada que los locales pudieran hacer para evitarlo.

Por si fuera poco, Sacramento recibió una dolorosa daga en forma de 3+1 de Klay Thompson al cierre del cuarto, acción que puso el 81-91 en el marcador y que obligaba a los locales a reaccionar en los últimos 12 minutos. Pero, tras una serie en la que han tenido respuesta para todo, en la que han parecido de todo menos un equipo inexperto en este tipo de situaciones, esta vez no pudo ser. No hubo magia de Fox, no hubo lluvia de triples, no hubo tormenta ofensiva, más bien todo lo contrario. Los de Mike Brown anotaron 4 puntos en los primeros seis minutos del cuarto. Y en la otra mitad de la pista, continuaba el show de Curry.

Una bandeja puso el +14. Un triple sin espacio sobre Lyles puso el +17. Otro triple desde la esquina puso el +22. Y una bandeja sobre la defensa de Sabonis puso su nombre en la historia de los séptimos partidos. A grito de «light the beam» dejó claro a todo Sacramento que hoy le tocaba a él celebrar. Que este era su día grande. Que Stephen es el rookie wall de estos prometedores Kings. Y que los Golden State Warriors serán el rival de los Lakers en semifinales de conferencia.

¿Y vosotros? ¿Dónde estabais el día que Stephen Curry metió 50 puntos en un Game 7?

(Fotografía de portada: Ezra Shaw/Getty Images)


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