La alarma sigue encendida, pero De’Aaron Fox nos obliga a dejar de escucharla. El base de los Sacramento Kings concluyó el cuarto partido de la serie ante Golden State con el dedo índice de su mano izquierda fracturado. ¿Va a impedir eso que esté esta noche en el Game 5 ante los Warriors? Ya nos dice él que no.
«No hay ‘y si’, ni ‘peros’… Jugaré». Así de firme se muestra tras participar el martes en un entrenamiento sin contacto en el que estuvo lanzando a canasta con una férula en el dedo lesionado. Sobre esto, señala que en estos momentos se trata únicamente de si le molestará más o menos, pero confía en estar cómodo.
«En este momento se trata de ver cómo toleraré la almohadilla en mi dedo y de asegurarme de que puedo lanzar a canasta. Conforme han pasado las horas, el dolor ha ido desapareciendo. Siento que podré hacer mi tiro normal. Creo que estaré bien», recalca.
Sobre su capacidad para desenvolverse sobre el parqué con naturalidad, Fox explica que puede votar y pasar sin problemas y que no se preocupa por el dolor, ya que todos los jugadores tienen algún problema cuando se llega a playoffs. «Estoy bien. Puedo lanzar el balón a canasta. En este momento de la temporada, todos tienen algo. Obviamente, es posible que no se trata de un hueso roto, pero algo les duele a todos. Así que sales y sigues jugando. No estoy preocupado al respecto».
Brown, más comedido
S bien respeta la predisposición de Fox, el entrenador jefe de Sacramento, Mike Brown, deja claro que la decisión final sobre su participación en el quinto partido ante los Warriors deben llegar de manera consensuada.
«Tengo que ser yo quien acepte que él juegue. Él también debe aceptar jugar, así como nuestro personal médico. Así que es un trato conjunto. No solo depende de él ni soy yo quien lo determina. Todos tenemos que estar en la misma página», sentencia.
(Fotografía de Ezra Shaw/Getty Images)