Prácticamente no hubo batalla. Como si fuesen dos equipos que han vivido temporadas antagónicas, los Sacramento Kings derrotaron a Golden State Warriors con una claridad insultante en el play-in por 118-94, mandándoles así de vacaciones con la sensación de que tienen muchísimo que resolver si no quieren que esta sea la realidad del equipo hasta que Stephen Curry –tiene ya 36 años– decida dejarlo.
La cara de la moneda, como decíamos, son los Kings. Lejos de las dudas que han dejado por momentos en la temporada regular, los chicos entrenados por Mike Brown se mostraron determinados a batir a los de San Francisco desde el primer minuto. Sí, su rival reaccionó por momentos, pero fueron netamente mejores para sellar el triunfo sin dificultades –exhibición de Keegan Murray mediante– y citarse ahora con New Orleans Pelicans en la batalla definitiva por el último lugar de playoffs (octavo) de la Conferencia Oeste.
«Sabíamos lo que estaba en juego. Esto fue sólo otro obstáculo en nuestro camino. Teníamos que superar este obstáculo. Obviamente, perder contra este equipo el año pasado y obviamente enfrentarlo ahora es como… por supuesto, vamos a por este equipo», expresa De’Aaron Fox.
Si el base estuvo bien con 24 puntos, el hombre de la noche fue igualmente Keegan Murray, quien firmó hasta ocho triples –dos menos que todos los Warriors– para irse hasta los 32 puntos y liderar la victoria de los Kings, quienes se toman así la revancha de la eliminación del curso pasado tras siete partidos frente a los chicos de Steve Kerr.
Mirando ya a New Orleans, Sacramento encarará tal choque tras haber encajado un 0-5 contra ellos en temporada regular; es más, en cuatro de esos cinco choques han perdido por al menos 10 puntos y en dos de ellos por más de 30… Parece que está desequilibrado, pero la historia nos dice que los Kings no han caído en seis encuentros consecutivos contra ningún rival desde el curso 1983-84, cuando acumularon un 0-8 ante Lakers entre regular season y playoffs.
La pesadilla de Thompson
Por parte de Golden State apenas se puede destacar nada. Stephen Curry fue el máximo anotador con 22 puntos y Moses Moody aportó hasta 16 desde el banquillo, pero en todo momento se vio a un equipo apagado y falto de energía. «Nos golpearon durante todo el partido y no hubo forma de evitarlo», comenta Curry sobre una noche que fue de auténtica pesadilla para Kay Thompson, ya que el escolta cerró el que puede ser su último partido con los Warriors fallando 10 lanzamientos y quedándose en cero puntos… Ahora se dirige hacia la agencia libre.
(Fotografía de Ezra Shaw/Getty Images)