Por si las lesiones no fueran suficientes para unos mermados Knicks, una errónea decisión arbitral decidió su choque ante los Houston Rockets, cayendo por cuarta ocasión en sus últimos cinco partidos por un ajustado 105 a 103.
Aaron Holiday (18 puntos) decantó la victoria para los tejanos con dos tiros libres en la última jugada del encuentro tras recibir una discutida falta personal de Jalen Brunson, que no debió señalarse, tal como reconocieron los árbitros posteriormente.
«Tras revisar la jugada después del partido, el jugador que atacaba pudo volver a una posición normal en la pista. El contacto tuvo lugar después de soltar el balón. Por tanto, es incidental y marginal al intento de lanzamiento, y no debería haberse señalado», admitió el colegiado Ed Malloy.
El citado Holiday anotó los dos primeros lanzamientos, y falló el tercero a propósito antes de que expirara el tiempo reglamentario. «Gran decisión. ¿Próxima pregunta», dijo un sarcástico Jalen Brunson.
«Es una forma muy dura de perder un partido… Realmente no importa cuán igualado esté. Puedes llamarlo apretado. Nos gusta la consistencia… Y ellos tienen un trabajo. Tienen que administrar un partido y controlarlo. Esa esa su responsabilidad número uno. Por lo tanto, tienen que usar su criterio y eso lo respeto. Pero no salimos a jugar como queríamos esta noche», explicó Tom Thibodeau.
Dillon Brooks fue el máximo exponente de los Rockets con 23 puntos; secundado por Jabari Smith Jr. con 20 tantos y 7 rebotes, y de un Alperen Sengun que añadió 18.
En los Knicks, el más destacado fue el citado Brunson con 27 puntos, 4 rebotes y 7 asistencias; seguido de Donte DiVincenzo con 23 tantos y cinco triples convertidos.
Los tejanos no pudieron contar por lesión con Fred VanVleet y el novato Cam Whitmore, y respecto a los Knickerbockers, contaban con las bajas ya confirmadas de Mitchell Robinson, Julius Randle, OG Anunoby e Isaiah Hartenstein.
(Fotografía de portada: Carmen Mandato/Getty Images)