Un exentrenador: «Una mujer que esté buena no puede entrenar en la NBA»

La NBA es (mucho más desde la llegada de Adam Silver al puesto de comisionado) una liga integradora, transgresora y hasta revolucionaria en muchos, muchísimos, aspectos. Recuérdese si no que la liga tuvo su propia carroza en la celebración del New York Pride March, algo así como el desfile del orgullo gay que se celebra en Nueva York. Esa batalla por la integración y la puesta en valor de muchos colectivos tradicionalmente olvidados en el deporte de élite americano (y mundial) está teniendo lugar en los últimos años (muy poco a poco) en lo que a la incorporación de mujeres a puestos de importancia en la NBA.

La integración de género empieza a ser una realidad pero va a una marcha muy lenta.

Remarcamos ese «muy poco a poco» dado que el salto a pie de cancha de las mujeres está costando. En estos momentos los despachos de la liga están cada vez más poblados de personalidades que son mujeres pero en la pista solo un miembro del estamento arbitral es una mujer, es Lauren Holtkamp. En los cuerpos técnicos de los equipos la pionera Becky Hammon sigue siendo un modelo inspirador para varias generaciones, como miembro del staff técnico de los San Antonio Spurs.

Hammon fue incorporada al plantel técnico de los Spurs con un pedigrí de mucha altura. Antigua estrella de la WNBA, seis veces All-Star, cuarta jugadora histórica en asistencias y además reconocida en 2011 como «una de las 15 mejores jugadoras de la historia». Y afortunadamente, Hammon no es la única en estos momentos.

Recientemente, la estrella del baloncesto femenino Sue Bird se incorporó al cuerpo directivo de los Denver Nuggets en funciones de Basketball Operation Associate (voz y voto en la gerencia de la franquicia). Bird es actual campeona de la WNBA con los Seattle Storm y una de las mayores leyendas del deporte de la canasta en categoría femenina. También ella es pionera y su historia seguro es inspiradora para que más mujeres vayan incorporándose a una liga tan corta de prejuicios como es la NBA. Para que más barreras se vayan derribando.

Pero siguen siendo pocas representantes.

La batalla está en pleno amanecer todavía pero aún en el 2018, no son pocos los rescoldos de clichés y estereotipos que minusvaloran la labor de las mujeres en la liga. Que las desprecian o censuran incluso. Prueba de ello es el artículo que Tim Struby pudo publicar de manera reciente en SB Nation, donde se rescatan algunos testimonios susceptibles de cerrar la puerta de la liga para siempre a todo lo que no sean hombres.

«Una liga muy sexista»

Como el de un antiguo veterano entrenador jefe de la NBA, que ponía todo su escepticismo posible en cuanto a que las mujeres pudieran entrenar o siquiera entrar en el cuerpo técnico de un equipo de la liga.

«No se puede tener una entrenadora que esté buena en la NBA, los jugadores estarían intentando tener sexo con ella todo el día. La NBA sigue siendo un mundo muy sexista. He escuchado cómo hablan los jugadores de las mujeres. Tengo una hija y a veces me resulta muy molesto. Pero no es una cosa de ahora, no es algo que haya ido a peor con los años. Siempre ha habido en la sociedad hombres a los que les ha incomodado trabajar para mujeres y muchos jugadores de la NBA tendrían problemas con eso», pudo comentar el citado exentrenador en condición de anonimato (claro).

La batalla, no solo en la NBA sino en todo el deporte de élite, es larga y tediosa pero ejemplos como los de Hammon o Bird allanan el camino para que, poco a poco, las mujeres vayan tirando la puerta de los puestos de más responsabilidad en la liga.

Por el momento, las barreras no son infranqueables pero siguen altas. Muestra de ello es la única árbitra, Lauren Holtkamp que desempeña su labor en la NBA. «Es algo vergonzoso», pudo llegar a reconocer Adam Silver cuando fue preguntado por ello en una ocasión. Esa es la mejor señal para saber que con el mandato del actual comisionado se irán tratando de derribar la mayor cantidad de tabúes posibles, tales como la igualdad de género en el que centramos este post. En ese paquete de posibles mejoras también se incluyen los esfuerzos emitidos (y que se emitirán) en la integración racial o la de personas con diferentes identidades de carácter sexual, en los que la NBA también se ha mostrado muy colaboradora y hasta pionera.

Queda mucho camino por recorrer, como en todo el deporte de élite en general, pero la NBA tiene ganado que siempre va con ventaja en este tipo de batallas.

(Foto de portada: Christian Petersen/Getty Images)


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