Anoche Damian Lillard afrontaba uno de esos partidos de responsabilidad. De los que él sabe guiar a la perfección y que necesitan de su mano y acierto para poder salir adelante. El base de los Blazers carburó cuando tocaba, anotando 13 de sus 35 puntos durante el último cuarto, lo que posibilitó que los Blazers arrancasen una trabajada victoria por 112-122 en su visita a Sacramento.
La primera parte de los de Terry Stotts fue lenta, tediosa. No encontraban su ritmo de juego, ni tampoco estaban especialmente iluminados en ataque. «Sabemos que durante la primera mitad no hemos jugado nada bien. Tras el descanso, hemos podido ser nosotros mismos. Y desde ahí hemos controlado el partido prácticamente hasta el final», explicó Lillard, quien además dio 5 asistencias y cogió 5 rebotes.
Estuvo bien escoltado por Hassan Whiteside, autor de 22 puntos y 9 rebotes. El recién llegado pívot descansó durante el último cuarto, tras acumular 26 minutos entre los tres primeros cuartos. Además, C.J. McCollum anotaría 19 tantos y Anfernee Simons otros 15 saliendo desde el banquillo.
«Tanto Lillard como McCollum son parte del motivo por el que estaba tan ilusionado de llegar a este equipo. Ahora ya sé lo que significa esto. Estar en la cancha con estos jugadores supone mucho para mí», señaló el mismo Whiteside.
Del lado de los locales, De’Aaron Fox tuvo 28 puntos, 5 asistencias y 6 rebotes; mientras que el renovado Buddy Hield se fue hasta los 21 puntos. «No hemos sido capaces de parar su ritmo. Creí que había una serie de ajustes en nuestra defensa que estaban funcionando durante la pretemporada, pero ya he visto que, de momento, no se han trasladado a la temporada regular», confesó Luke Walton, que acumula dos derrotas en sus dos primeros partidos con los Kings.
(Fotografía de portada de Ezra Shaw/Getty Images).