Una obra maestra sin Leonard mete a Spurs en las Finales del Oeste

Por 10ª vez en las 20 temporadas completas de Gregg Popovich como entrenador, los Spurs jugarán las Finales del Oeste. Las bajas de Kawhi Leonard y Tony Parker no evitaron la paliza para unos Rockets desvanecidos, con el peor James Harden de la temporada, y superados por el brillante entramado táctico de San Antonio. Al final, un devastador 75-114 dio el 4-2 definitivo para los Spurs, que desde el próximo domingo pelearán contra Golden State por un puesto en las Finales NBA.

48 minutos de dominio absoluto

El sexto partido empezaba marcado por una ausencia. Al no estar completamente recuperado de su lesión de tobillo, Kawhi Leonard se quedaba sin jugar, cediendo su puesto de titular a Jonathon Simmons. Sin apuros de ser un partido a vida o muerte, su técnico Gregg Popovich prefería mirar a un posible Game 7 o a las Finales del Oeste. Pero, pese a tener su mejor jugador en el banquillo, los Spurs dominaron desde el principio, lanzados por un rápido movimiento de balón y al buen trabajo de sus interiores, LaMarcus Aldridge y Pau Gasol (10 puntos y 11 rebotes).

En la rueda de rotaciones, el equipo de Mike D’Antoni también salió perdiendo, viendo como jóvenes secundarios como Dejounte Murray (11 puntos y 10 rebotes) y el propio Jonathon Simmons (18 puntos) daban un importante paso adelante por San Antonio. Solo Clint Capela (15 puntos y 12 rebotes) encontraba el camino al aro en un duelo en el que los Rockets y particularmente James Harden no encontraron fórmulas de anotar. Al final del primer cuarto, al menos, encontraron a un revulsivo inesperado como Sam Dekker, quien enlazaba dos triples seguidos.

Un rival desconocido


Pero la fugaz aparición del joven alero no detenía la sangría. La segunda unidad de los Spurs hacía cada vez más daño a los Rockets, llegando a aumentar su ventaja por encima de los 20 puntos. El ataque de Houston, tan fluido en otros momentos de la temporada o incluso de su serie ante San Antonio, se convertía en previsible. Los hombres de Gregg Popovich adivinaban cualquier movimiento con excesiva antelación, cerrando a cal y canto los espacios necesarios para jugadores como Eric Gordon (6 puntos) y Ryan Anderson (0 puntos, con 0/6 en tiros de campo), absolutamente fuera de sitio.

Incluso James Harden necesitó un cuarto y medio para poder estrenar su cuenta particular de tiros de campo. Nada funcionaba en Houston, incapaz de encontrar tiros fáciles o de detener el perfectamente combinado ataque de San Antonio. Al descanso, la ventaja era de 19 puntos para el equipo entrenado por Gregg Popovich, ganando de nuevo la batalla táctica con maestría a Mike D’Antoni.

La puntilla de Aldridge


Para acabar de hundir a Houston y a un Toyota Center que ya empezaba a abuchear a sus jugadores, LaMarcus Aldridge volvía a salir como una exhalación en el tercer cuarto, recordando por momentos a su mejor versión de Portland. El ala-pívot terminó con 34 puntos y 12 rebotes en su actuación más importante como jugador de San Antonio. En el otro lado, James Harden acabó con el triple de faltas (6) y pérdidas de balón (6) que canastas anotadas (2/11 en tiros de campo, terminando con 10 puntos) en una actuación para el olvido, incapaz también de crear juego para sus compañeros.

En esta tormenta, solo Trevor Ariza (20 puntos) y un incansable Clint Capela daban la cara por Houston. El resto sucumbía a unos Spurs con mayor energía y frescura mental. La historia terminaba con el público abandonando en masa el Toyota Center, y San Antonio ampliando una ventaja ya de escándalo. Sin dos titulares de la importancia de Kawhi Leonard y Tony Parker, los Spurs lograron una de las victorias más meritorias de su cada vez más ilustre historia.

Popovich 5 – D’Antoni 0


Al final, fueron 39 puntos de diferencia entre Spurs y Rockets. Un resultado perfectamente congruente con lo visto en cancha. A sus 68 años, Gregg Popovich vio otra obra maestra, forjada en jugadores secundarios capaces de brillar en un escenario de máxima presión. En cinco series contra equipos entrenados por Mike D’Antoni, el técnico de los Spurs acumuló su quinta victoria, todas sin necesitar un séptimo partido.

Fue también la victoria más abultada a domicilio de la historia de los Spurs en playoffs. Un perfecto final antes de la serie más difícil, frente a unos Warriors invictos y lanzados a recuperar el trono de la NBA. Para el primer partido, que se disputará en Oakland el próximo domingo, Kawhi Leonard debería estar de vuelta. Si los Spurs habían dejado alguna vez de ser temibles, el cierre de eliminatoria en Houston desvaneció esa ilusión.


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