Nykea Aldridge, prima de Dwyane Wade, falleció este viernes en Chicago tras encontrarse en el fuego cruzado de un tiroteo sucedido en la zona del South Side de la ciudad. Aldridge, de 32 años, se encontraba paseando en un carrito a uno de sus hijos cuando se vio involucrada en este tiroteo, siendo fatalmente alcanzada en la cabeza y en un brazo. El bebé no sufrió heridas.
My cousin was killed today in Chicago. Another act of senseless gun violence. 4 kids lost their mom for NO REASON. Unreal. #EnoughIsEnough
— DWade (@DwyaneWade) August 27, 2016
«Hoy mataron a mi prima en Chicago. Otro acto de violencia armada sin sentido. 4 niños perdieron a su madre por NINGÚN MOTIVO. Irreal», declaró el propio Wade a través de su cuenta de Twitter. Además, los Bulls mostraron sus condolencias por esta muerte en un comunicado oficial. No es la primera vez que un familiar de Wade es víctima de la violencia armada en Chicago. En 2012, su sobrino Darin Johnson fue alcanzado dos veces en la pierna en un tiroteo ocurrido en una tienda del South Side. Johnson sobrevivió, pero otro hombre murió en el incidente.
Año de tragedias en Chicago
En una coincidencia cruel, Dwyane Wade participó este jueves junto a su madre en una charla organizada por The Undefeated (página de ESPN especializada en analizar la relación entre deporte, cultura y raza) sobre la violencia armada en Chicago. El escolta, quien volverá a la ciudad como nuevo jugador de los Bulls la próxima temporada, se crió en la zona del South Side, al igual que otros baloncestistas como Derrick Rose o Cappie Pondexter, jugadora de la WNBA que también ofreció su trágico testimonio, incluyendo el asesinato de un familiar de 23 años el mes pasado, en el panel de The Undefeated.
Wade también se refirió de forma específica a su ciudad natal en la ceremonia de los premios ESPYS celebrados en el pasado mes de julio. El escolta, quien abrió el evento en compañía de Carmelo Anthony, LeBron James y Chris Paul, afirmó que «la mentalidad de disparar a matar debe terminar. No ver el valor de la vida de gente de color debe terminar. Pero también las represalias deben terminar. La violencia sin final con armas en lugares como Chicago, Dallas y por supuesto Orlando debe terminar. Es más que suficiente».
Según datos ofrecidos por The Undefeated durante el coloquio en Chicago, 463 personas habían muerto hasta el miércoles asesinadas en lo que llevamos de año en la ciudad. A este ritmo, sería la mayor cantidad desde los 761 homicidios registrados en 1997. Nykea Aldridge se suma a una lista demasiado larga de tragedias en la Ciudad de los Vientos.