La franquicia de Salt Lake City ha ascendido a Lindsey al puesto de vicepresidente de operaciones de baloncesto
Utah Jazz, una de las organizaciones más regulares en cuanto a su rendimiento competitivo, ha aprovechado este momento de descanso entre dos temporadas para realizar una reestructuración en los puestos dirigentes de su oficina. Según ha hecho oficial a través de un comunicado, Utah ha ascendido a quien era su general manager, Dennis Lindsey, al cargo de vicepresidente de operaciones de baloncesto. A su vez, Justin Zanik, pasa de ser asistente de general manager a general manager.
Los cambios, centrados en una redistribución interna, suponen que a partir de ahora Lindsey tendrá un rol más amplio absorbiendo un papel de liderazgo dentro de la organización. En cuanto a Zanik, él será quien se ocupe de las tareas diarias de baloncesto.
«Estamos entusiasmados con estas promociones, ya que le permiten a Dennis tener una visión estratégica general para las operaciones de baloncesto mientras que Justin podrá tener un mayor impacto en nuestra organización. Siendo uno de los ejecutivos jóvenes más brillantes de la liga, Justin será el responsable del trabajo diario. Con este movimiento podemos trabajar colectivamente hacia nuestra meta de ser campeón», explica Steve Starks, presidente de los Jazz.
Motivos para confiar en Lindsey no faltan. Utah lleva tres campañas consecutivas alcanzando los playoffs con dos viajes hasta las semifinales de la Conferencia Oeste en 2017 y 2018. Para alcanzar tal velocidad de crucero Lindsay ha sido parte importante al supervisar en diferentes días del Draft los traspasos que dieron lugar a las llegadas de Rudy Gobert y Donovan Mitchell.