Victoria de Steve Clifford en su regreso a los banquillos y récord para Charlotte

Noche perfecta para Steve Clifford en su vuelta a los banquillos. El entrenador de los Hornets pudo celebrar su regreso a la acción tras más de veinte partidos fuera con un imponente triunfo ante los Wizards (133-109). Clifford llevaba de baja desde finales del año pasado por prescripción médica debido a unas fuertes migrañas provocadas por la falta de sueño y el estrés de la competición.

Recuperado para la acción, tras un mes donde se acostumbró a dormir siete horas al día y puso en orden su vida, los médicos le dieron el permiso para volver a la banda. Y anoche sus jugadores le honraron con una victoria que mantiene viva la esperanza de los Hornets de estar en la post temporada. Al menos en la franquicia confían en ello por las bondades de un calendario más asequible de aquí a final de la liga regular. Con 18-25 y dos triunfos seguidos se encuentran a cuatro victorias del 8º puesto del Este, en manos ahora de los Pistons.

Récord de franquicia

Al descanso, Charlotte dominaba el marcador por 77-61. Esa capacidad anotadora, además de dejarle el camino allanado hacia el triunfo, suponía la mejor marca encestadora de la historia para la franquicia en una primera mitad. En esos 24 minutos, los Hornets acabaron con un acierto del 64 por ciento en tiros de campo y un 7/14 en triples.

Hasta un total de siete jugadores, incluidos todos los titulares, terminaron con dobles dígitos en puntos. El mejor entre ellos fue Michael Kidd-Gilchrist, con 21 tantos. Dwight Howard, sobre el que luego iremos porque fue protagonista también por otras cosas, hizo el único doble-doble del encuentro con 18 tantos y 15 rebotes.

También aquí hubo expulsiones

El partido no pudo escapar a la escalada de tensión que vive la NBA en los últimos días. Una acción casi al final del encuentro entre Jason Smith y Michael Carter-Williams acabó con la expulsión de este último, que se encaró con Smith tras una pantalla realizada por el jugador de los Wizards y después de la lucha por un rebote. Tim Frazier, que también andaba por ahí, se metió en la refriega y se fue a las duchas expulsado.

Y aquí aparece Howard. Había que lanzar los tiros libres consecuencia de la falta sobre Carter-Williams en la lucha por el rebote. Pero al estar eliminado este jugador, las normas de la NBA indican que debe ser el entrenador del equipo rival el que elija quién va a los tiros libres. Y claro, fue Howard, que apenas supera el 50 por ciento de acierto este curso (52,8).

Con 123-101 y todo sentenciado para Charlotte a falta de cuatro minutos, Howard se dirigió a la línea de libres y… acertó los dos. Fue el momento de la noche y se celebró por la afición más que el propio triunfo. Tras su logro, Howard lanzó un beso al banquillo de los Wizards, hubo un tiempo muerto, Superman se acercó al lado de los Wizards y gesticuló agarrándose su hombría y el público de Charlotte incluso se atrevió a gritar “MVP, MVP”. Definitivamente nadie puede decir que la NBA es aburrida.


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