En algunas ocasiones, los jugadores de la NBA, en especial los menos experimentados, erran al anteponer las acrobacias circenses a la efectividad anotadora.
Eso mismo fue lo que le sucedió a Derrick Williams, ala-pívot de los Sacramento Kings, cuando se dispuso a finalizar un contraataque en solitario frente a la canasta de los Chicago Bulls. A pesar de sus condiciones privilegiadas, Williams pecó de exceso de confianza y al intentar un auto alley-oop contra el tablero protagonizó uno de los ridículos de la jornada.
