Michael Rubin es el CEO de Fanatics, una de las principales marcas de ropa relacionadas con el deporte en Estados Unidos. Mayormente enfocada a la venta de productos basados en las franquicias deportivas norteamericanas con una producción paralela a los de los propios equipos y sus sponsors oficiales. La fortuna amasada con su empresa le llevó a ser propietario minoritario de los Philadelphia 76ers desde 2011 a 2022. Etapa en la que ahora admite haber «violado todas las normas de la NBA».
En una ponencia en el MIT esta mañana, el multimillonario ha explicado que apostaba en los partidos de los Sixers mientras él era parte del accionariado. También que jugadores de la propia NBA como LeBron James, Kevin Durant, Joel Embiid o James Harden eran inversores de su marca. Todo ello, evidentemente, ilegal en cuanto a los protocolos establecidos para propietarios. Rubin, nacido en Philly y forofo de sus equipos, se define como «el tercer propietario en importancia más influyente en una franquicia deportiva estadounidense». Es decir, que no era de los que se quedaba callado en las reuniones.
Esto reabre debates sobre la facilidad con las que se infringen normas y éticas en el entorno que rodea a la NBA. Esta misma temporada, Maverick Carter, socio de LeBron James, admitió apostar de forma ilegal. Una actitud reprobable en alguien tan cercano a información privilegiada. Y ni siquiera es un propietario con poder real en la propia NBA.
El empresario se mostró transparente y desenfadado durante toda la charla, llegando a definir su etapa en Philly como un fracaso. «Nunca ganamos un campeonato. Si tú tienes un equipo en propiedad y no ganas uno, estás fracasando cada año. Es tu trabajo. Ganar un campeonato».
(Fotografía de portada de Mitchell Leff/Getty Images)