Podría decirse que de alguna forma el Eurobasket arrancaba de verdad en la jornada 4 para Montenegro y Suecia. Y, salvo sorpresa, puede haber acabado también para los nórdicos. Con las predicciones dando por sentadas sus derrotas ante Alemania, Lituania y Finlandia y su victoria ante Gran Bretaña, todo apuntaba a que este duelo determinaría quién se quedaría con la cuarta posición del Grupo B. Y si acaba siendo así, los montenegrinos serán los beneficiados tras su victoria por 87-81.
Nikola Vucevic, con sus 23 puntos, 15 rebotes y 4 asistencias, fue el gran responsable del vital triunfo. Tras su discreta actuación ante Finlandia, el pívot de los Bulls volvió a asumir responsabilidad y protagonismo, y resolvió con gran efectividad la mayoría de sus situaciones para capitanear la ofensiva de su selección. Acertó desde el triple, sumó en segundas oportunidades, dominó en la pintura… El día que Montenegro lo necesitaba, no falló.
De hecho, suyo fue el palmeo que puso el 83-79 a falta de medio minuto que inclinó la balanza casi definitivamente, aunque para que se llegase a esa situación fue fundamental la irrupción de Kyle Allman. Tras una actuación muy discreta por su parte, el base tomó las riendas del último cuarto y firmó por sí solo un parcial de 10-2, dando la vuelta a un choque que hasta ese instante dominaban los suecos. Pero que con su mera aparición, pasó el 70-75 al 80-77 en apenas dos minutos.
Sequía sueca
Y es que mientras Allman dominaba, la selección nórdica empezó a sufrir algo de vértigo y perdió a la hora de la verdad toda su fluidez, gestión de espacios y acierto de cara al aro. Sin un solo tiro de campo anotado en los últimos cuatro minutos, el conjunto de Mikko Riipinen acabó viendo cómo se les escapaba de los dedos un duelo que podría haber valido el pase matemático a la siguiente ronda, pero que ahora los deja obligados a buscar un milagro en la última jornada.
(Fotografía de portada: FIBA)