Es la esencia de Charlotte, su huella indeleble de identidad.
Kemba Walker continúa instalado en el creciente rendimiento a lo All-Star (sin haberlo sido) y anoche se marcó otra actuación de esas a las que nos ha acostumbrado a lo largo de esta temporada.
El base anotó 33 puntos y dio 10 asistencias para que los Hornets se impusieran por 108-101 a los Pacers, y lograsen de este modo su novena victoria en los últimos once partidos. Casi nada.
Motivación perpetua
Décimo partido de Walker alcanzando los 30 puntos como mínimo. Sí, décimo partido. Una estadística que parece desapercibida, pero sobre la que no queda otra que poner una lupa gigante y admirarla.
«Estoy muy motivado. Quiero mostrarle a todos que estoy bien. Estoy tratando de hacerme un nombre por mí mismo», expresó el jugador.
Aparte de la agigantada figura de Walker, Nico Batum añadiría 31 puntos a la saca de los locales.
Vogel, sin soluciones
«Kemba es un tipo realmente difícil de defender. Pero no es al único al que tienen. Hoy hemos jugado contra uno de los mejores equipos de la liga ahora mismo, y eso ha sido demasiado para nosotros».
Este arranque de sinceridad corresponde a Frank Vogel. Al técnico de Indiana no le quedó otra que reconocer la superioridad de Charlotte, por mucho que Paul George se fuera hasta los 35 puntos — 19 partidos con al menos 30 puntos — y que Ian Mahinmi sumará otros 10 tantos y 14 rebotes.