Russell Westbrook está a 16 rebotes de agrandar su historia. Con un partido por jugar, es la cantidad que necesita para promediar por segunda campaña consecutiva un triple-doble, lo cual le haría romper su empate con Oscar Robertson, quien también firmó tales medias durante una campaña.
Su juego debería ser un orgullo; sin embargo, existe cierta corriente que señala sus estadísticas en rebotes como infladas. Resumiendo: se acusa a sus compañeros de dejarle ‘robar’ rebotes para rellenar sus estadísticas y que así pueda alcanzar tales guarismos. Como no podía ser de otra manera, este pensamiento molesta al base de los Thunder.
«Esto no es como si Steven Adams boxeara y yo cogiese el rebote, ¿sabes qué quiero decir? Mucha gente hace bromas sobre esto. Si ellos pudiesen coger 15 o 20 rebotes cada noche, lo harían. La gente que dice esas cosas debería intentar hacerlo y ver lo difícil que es, ya que todos prefieren hablar», explica a los medios.
Cuestión de deseo
Nadie puede negarle a Westbrook la pasión que pone cada vez que salta a la cancha. Por ello, el actual MVP de la Liga explica que si promedia un triple-doble es porque su esfuerzo para conseguirlo no tiene comparación. «Estoy cansado de escuchar eso de ‘rebotes robados’. Me enorgullezco de lo que hago. Me hago con el balón más rápido que nadie más. Es así. Tan simple como eso. Mi trabajo es hacerlo todo. Es lo que hago. Salgo ahí, lo hago todo y lo hago cada noche. Nadie más hace lo que hago cada noche», sentencia.
Con ese pensamiento, nadie duda de que lo único que puede interponerse esta noche entre Westbrook y un promedio de triple-doble es su entrenador, Billy Donovan, quien podría optar por darle cierto descanso de cara a playoffs. Claro que si pasan los minutos y Westbrook está a pocos rebotes de conseguirlo… difícil será ver a Donovan mandándolo al banquillo.