La situación de Russell Westbrook en los Clippers es diametralmente opuesta a la que vivió en Lakers. Si vistiendo de oro y púrpura dio la impresión de que la organización se arrepintió a los dos minutos de ficharlo, en los vecinos sienten que es un motor que puede empujarles hasta donde nunca han llegado, a las Finales de la NBA.
Dentro de los pocos meses que pasó Russ con los Clippers la temporada pasada, destacó sin duda su aparición en playoffs. Los californianos cayeron 4-1 ante Phoenix Suns, pero el base jugó realmente bien por momentos, sobre todo por una actitud que encandiló a aficionados y franquicia. Así, cuando llegó la agencia libre, ambas partes decidieron unir sus futuros a través de un contrato de dos años y 7,8 millones de dólares.
Con si continuidad cerrada, Westbrook organizó este mes de septiembre un pequeño campamento con sus compañeros, y no solo con piezas veteranas del equipo, sino también con los jugadores que tenían contrato únicamente para realizar la pretemporada. Una vez estuvieron todos juntos en Las Vegas, vieron como tenían ante ellos un iPhone 15 Pro Max; exacto, Westbrook había comprado uno para cada uno de los miembros de la plantilla.
Es obvio que con el dinero que se mueve en la NBA no deja de ser un detalle, pero según Paul George, quien ya le conocía al haber jugado juntos en Oklahoma City, el hecho de que impulse reuniones del equipo y que tenga detalles con sus compañeros es justo lo que le hace tan especial.
«Él siempre transmitió ese tipo de energía, entonces… ¿quién soy yo para decir: ‘Oye, lo siento, hoy estoy cansado’. Simplemente cambiaba mi forma de pensar cada vez que entraba a la cancha, y creo que eso es precisamente lo que él aporta a este equipo. Creo que ese es su valor y por qué realmente lo quería tanto aquí», comenta a Andrew Greif de Los Angeles Times.
(Fotografía de Ezra Shaw/Getty Images)