Tras un inicio de espanto y una ligera mejoría en diciembre, los Timberwolves están en ebullición. El joven equipo de Tom Thibodeau ganó en Phoenix por 111-112 y sumó su tercera victoria consecutiva y su sexta en ocho partidos, con Andrew Wiggins de héroe. Una canasta sobre la bocina del joven alero mantuvo a Minnesota en racha y manteniendo con todo realismo sus opciones para pelar por los esquivos Playoffs.
Dos equipos en alza
Hoy por hoy, todo funciona en Minnesota. Ricky Rubio regresaba tras su viaje relampago a España (su abuela falleció la pasada semana) con un partido de menos a más, termiando con 14 puntos y 10 asistencias. Bajo su dirección, los anotadores de los Wolves florecieron, particularmente un Andrew Wiggins (31 puntos) en espléndido momento, con Karl-Anthony Towns aportando 18 puntos y 10 rebotes a la victoria de su equipo.
El partido, eso sí, fue igualado, aunque los Wolves llegaran a dominar por 14 puntos en el tercer cuarto. Con un juego rápido y peligroso al contraataque, Phoenix dejó buenos destellos gracias a sus exteriores (26 puntos para Devin Booker, 18 y 7 asistencias para Eric Bledsoe) así como un Tyson Chandler que superó en bastantes ocasiones a Towns en la pintura. El veterano pívot acabó con 22 puntos y 17 rebotes, 7 de ellos ofensivos.
La canasta del triunfo
Andrew Wiggins SINKS the game-winner to beat the Suns 112-111 ? pic.twitter.com/65YZ7ydQ5v
— NBA TV (@NBATV) January 25, 2017
Con los Suns dejando el partido equilibrado a mediados del último cuarto, todo quedaba para un apretado final que nunca tuvo un ganador certero hasta el último suspiro. Dos tiros libres de P.J. Tucker a 6 segundos del final adelantaban a Phoenix, dejando a Minnesota con poco tiempo para el milagro. La apuesta fue arriesgada, con Andrew Wiggins emparejado con Tucker, uno de los mejores defensores exteriores de la liga. Pese a perder el equilibrio, Wiggins conseguía alzarse para el tiro, anotando sobre la bocina desde media distancia la ganasta ganadora.
Era la primera vez desde el ya retirado Luke Ridnour en 2012 en la que un jugador de los Timberwolves anotaba el tiro decisivo sobre la bocina. Fue la guinda para mantener el ánimo en un equipo con ilusión renovada y con solo dos victorias menos que Denver, el 8º clasificado. Todo en una victoria con valor doble que devuelve a un rival potencial como los Suns al último puesto del Oeste. El viento sigue soplando a favor de Minnesota.