Williamson: qué mal pero qué bien que lo hiciste

Zion Williamson ganó en 2018 el concurso de mates del McDonald’s All American Game Powerade organizado a nivel de institutos. Su físico era ya abrumadoramente superior al de sus compañeros de aula, e igual de insultante fue su dominio.

Tras tantos dimes y diretes sobre su tren inferior, siempre entre algodones desde que llegara a la NBA para evitar el desgaste temprano, ya no le vemos explotar tanto hacia el aro y hacia el cielo como en su año de novato.

Lo de verle apuntándose al Slam Dunk Contest del All-Star Weekend es ya una quimera.

No pasa nada… ayer vimos de lo que sería capaz y que, si se pusiera a ello (y viendo el nivel de últimamente… lamentable desde los duelos Gordon&LaVine), lo ganaría de calle.

El pique

Sucedió lo que siempre sucede en estas situaciones.

Los jugadores de los Suns se molestaron, pues el partido estaba finiquitado y ellos habían asumido la derrota, pero aún quedaban unos segundos en el cronómetro y no había defensa. Larry Nance Jr. dio un pase largo y el forward no pudo evitar darle gas a la Bultaco.

El partido terminó y en el centro del rectángulo se formó un corrillo con amago de tangana –y con Chris Paul como agitador… qué raro– que quedó en nada. El propio Zion confesó, luego, su exceso de euforia y pidió disculpas (aún tenía en mente los pasados playoffs). Perfecto. Aguas calmas y lo mejor es que este matazo ya no nos lo quita nadie.

El mate en cuestión

A lo largo de los años hemos visto muchos de estos y, sin embargo, bastantes menos de los que nos gustaría. En parte por las defensas, y en parte porque no se considera el ambiente adecuado. Como con el humor, el show en el deporte también sucumbe a los asteriscos y a menudo cuenta más el no ofender que satisfacer al aficionado que ha pagado su entrada.

Pero hay días en que los jugadores olvidan reprimirse dejándose llevar, y joyas así quedan grabadas para siempre en los anales. El de Zion Williamson de anoche fue un 360º (o un 300º siendo justos, ya que no llega a ser un giro completo) con un amplio molinillo, extenso y perfecto, para hundirla con fuerza. Un mate de 50 puntos sin lugar a dudas.

Un mate que, por otra parte y como le pasaba a LaVine, puede parecer menos espectacular (o complejo) de lo que fue debido a la tremenda potencia de salto de Zion, y lo sobrado que ejecuta la coreografía.

Un mate que recuerda, por ejemplo, al de Paul George contra los Clippers de hace ocho años y que, si los comparamos, se puede apreciar la diferencia entre uno y otro: mientras que a George (a pesar de ser también un mate de primera categoría) se le ve llegar ‘justito’, al jugador de los Pelicans aún le habría dado tiempo en el aire a echarse un café.

No hay que irse muy atrás para rememorar dunks de concurso en plena fiebre de partido, ya que con Ja Morant contamos con una generosa dosis anual. Y qué decir de aquel de Blake Griffin en asociación circense con Jamal Crawford…

¿Cuáles pondríais en vuestro top-3 histórico de ‘mates en juego’? Os leemos en los comentarios.


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