Willy Hernangómez desprende ilusión de cara a su aventura en la NBA. Oficialmente jugador de New York Knicks, ya ha conocido a sus jefes –incluido Phil Jackson– y ha sentido la confianza que la franquicia tiene en su juego; eso sí, admite que la emoción por ver cumplido su sueño, y hacerlo además como ‘knickerbocker’, le ha llegado a quitar el sueño para bien.
«Phil me dijo: ‘Willy, estoy encantado de conocerte y me encanta tu juego’. La verdad es que no podría decir nada más sobre él porque estaba muy nervioso, pero siento que confían en mí. Es algo muy emocionante. Es un gran paso y una gran oportunidad en la NBA. Trabajo ya para estar preparado y ayudar al equipo… Tras firmar el contrato no podía dormir de lo emocionado que estaba», expresa en declaraciones a ESPN.
Pese a que le sobran ganas para triunfar en la liga norteamericana, Hernangómez prefiere ir poco a poco y aprovechar su primera temporada para aprender. «Tengo muchas ganas de empezar a jugar, pero es mi primer año y voy a escuchar a mis compañeros, a mis entrenadores y a todo el mundo que quiera aconsejarme. Cada día intentaré mejorar para ayudar al equipo a ganar partidos».
Lo que tiene realmente claro es que con Jeff Hornacek en el banquillo tocará correr hacia ambos lados de la cancha, algo que no le preocupa, ya que es un estilo de su gusto pese a admitir igualmente que le gusta tener el balón cerca de canasta.
«Soy un pívot. Me encanta jugar en el poste bajo y me gusta pasar el balón a mis compañeros… también correr y jugar rápido como quiere el entrenador. Me gusta correr al contraataque», explica.
Porzingis, su principal apoyo
En su adaptación a la mejor liga del mundo ayudará sin duda contar como compañero con Kristaps Porzingis, al que ve «como un hermano» tras coincidir en el Baloncesto Sevilla de la liga ACB.
«Me habló de Nueva York. Habló de mí con los entrenadores, con el general manager y con Phil. Me va a ayudar mucho. Quería que fuese ya con él y me dijo: ‘Willy, no vayas a la selección y quédate conmigo durante el verano’, pero le dije que tenía que ir».