Los Golden State Warrios habían ganado al menos un partido a domicilio en todas sus eliminatorias de playoffs desde la llegada de Steve Kerr al banquillo, y no estaban dispuestos a dejar que esta fuese una excepción. Los de San Francisco se llevaron un vital Game 5 en el Golden 1 Arena por 116-123, colocándose a un paso de la segunda ronda y asestando un duro golpe a unos Kings que tendrán que vencer en el Chase Center si quieren seguir con vida. Y es que debutar en una postemporada contra Golden State es un plato que se puede hacer demasiado indigesto.
Los visitantes sacaron a relucir su casta y experiencia de campeón en un duelo que, si bien no era como tal a vida o muerte, sí que tiene el potencial de marcar el devenir definitivo de la serie. Fue un partido dominado por los eternos de la plantilla: un Stephen Curry que, pese a su desacierto en el triple, fue muy agresivo atacando la pintura en el tramo final y terminó como máximo anotador con 31 puntos; un Klay Thomspon que volvió a ser el de los partidos importantes y alcanzó los 25; y un Draymond Green que, a su habitual contribución en defensa (4 robos) y playmaking (7 asistencias), sumó 21 tantos que suponen su mayor anotación desde el año 2018.
Los tres tuvieron sus momentos de explosión y los tres convirtieron varios tiros vitales en el tramo decisivo, en el que, con un parcial de 4-11 lograron despegarse lo suficiente como para llegar a los últimos segundos con el choque resuelto. Un 2+1 de Stephen Curry a falta de 22 segundos puso el 114-122 en el electrónico y dejó todo visto para sentencia, permitiendo a los visitantes celebrar por fin tras el continuo toma y daca.
Al margen del trío de veteranos, fue fundamental también la aportación de Andrew Wiggins, cuyo regreso no le ha podido sentar mejor al equipo. El alero volvió a ser un todoterreno en defensa y resolutivo en ataque, y con 20 puntos, 2 robos y 2 tapones se confirmó como vital en los dos lados de la cancha. Kevon Looney, por su lado, fue el encargado de dominar los tableros, y con 22 rebotes logró que los Warriors no se desangraran en dicha faceta y pudieran terminar de hacerse con el control.
Todo esto sobrepasó a unos Kings que perdieron el liderato del choque ante la habitual tormenta de Golden State en el tercer cuarto y ya no volvieron a recuperarlo. Los de Mike Brown soñaron con el triunfo cuando, tras haberse visto 12 abajo en el último cuarto, llegaron a colocarse a un solo punto gracias a un parcial de 13-2, pero el paso adelante de Curry, que anotó o asistió 12 de los últimos 16 tantos de los suyos, les impidió culminar la remontada.
El cuadro de Sacramento estuvo comandado por De’Aaron Fox, que no pudo igualar el nivel de excelencia de los anteriores duelos pero que, aun con su fractura en el dedo, tiró de los suyos con 24 puntos y 9 asistencias. Domantas Sabonis y Malik Monk, con 21 cada uno, le siguieron de cerca, pero ninguno de ellos tuvo el temple y determinación que los vigentes campeones exhibieron en el clutch.
Con todo, la serie no está ni mucho menos acabada para los Kings, que se enfrentan a un durísimo reto pero que, si han puesto a Golden State contra la cuerdas en los últimos dos partidos, pueden hacer lo mismo en el sexto. Y si el duelo se decide en el alambre, ya hemos visto que en esta serie puede pasar de todo.
(Fotografía de portada: Ezra Shaw/Getty Images)