La primera sesión de entrenamiento de los Blazers en la burbuja contó con dos jugadores que llevaban bastante tiempo ausentes. Zach Collins y Jusuf Nurkic volvieron a ejercitarse con normalidad tras muchos meses, y sus primeros contactos parecen haber dejado buenas sensaciones tanto en ellos como en sus compañeros, que reconocieron haberles visto a un gran nivel.
«Han estado tal y como les recordábamos» aseguró Terry Stotts. «De hecho, le he dicho a Nurkic que me ha recordado a su versión previa a la lesión en los dos lados de la cancha». En la misma línea se ha mostrado Damian Lillard, que ha reconocido no haber notado su esperable falta de ritmo: «Se les ve genial. Ambos han hecho un gran despliegue físico y han jugado muy bien la pintura. Se les notaba muy cómodos y nada preocupados».
Eterna sequía
Sobra decir que no se pueden sacar conclusiones precipitadas de una sola sesión de entrenamiento, pero no cabe duda de que este es un buen primer paso de cara a que ambos jugadores sean importantes en la reanudación del curso. Con los Blazers enzarzados en la pelea por la octava plaza del Oeste, el regreso de sus dos referentes interiores puede suponer un impulso importante, pero será necesario ver cuánta mella ha hecho un parón tan largo.
Nurkic, en concreto, no juega un partido de baloncesto desde el 25 de marzo de 2019, día en que una fractura de tibia y peroné le obligó a parar cuando estaba seguramente en el mejor momento de su carrera. En aquel momento, Zach Collins se encargó de ocupar su posición, rindiendo a un gran nivel en playoffs y demostrando tener condiciones de sobra para que la baja del bosnio, que parecía dramática en un inicio, no lo fuese tanto. No obstante, estas aspiraciones que desaparecieron cuando, con solo tres encuentros disputados en el nuevo curso, sufrió una lesión de hombro que le obligó a pasar por quirófano.
En condiciones normales, ambos habrían vuelto a las canchas con anterioridad, pero el obligado parón ha pospuesto este regreso varios meses, lo cual tiene dos lecturas: por un lado, han tenido más tiempo para recuperarse y asegurarse de estar al 100%; por otro, el tiempo sin competir se ha prolongado notablemente. Faltan unas semanas para comprobar cuál de estos factores tiene más peso y cuánto pueden aportar al juego interior de Portland en los 8 partidos (más si las cosas van bien) que tienen por delante.
(Fotografía de portada: Abbie Par/Getty Images)