Zion estará a punto para 2025

Si existe aún una mínima esperanza de que NOLA salve la temporada, pasa por un regreso sano e inmediato de su máxima estrella.

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Por Enrique Bajo

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Tenemos la correcta percepción de que ‘Zion Williamson’ y ‘salud en cancha’ son dos conceptos con un índice de correlación casi nulo.

Por eso cuesta casi creer que la temporada pasada jugase 70 de los 82 partidos posibles. Tanta importancia le dio a esquivar las lesiones que rindió por debajo de su potencial, topando su despliegue físico y atacando el aro de forma menos vertical de lo que sabe y puede.

Fruto de ello, sus cifras se resintieron (no todas, mejoró en algunas stats avanzadas) y no alcanzó el All-Star, como sí lo fue en 2021 y 2023.

Esta temporada teníamos la esperanza, con la chispa de la regularidad y la confianza de su lado, de ver ese híbrido entre el Zion más maduro (6º año en la NBA) y aquel rookie desatado que coloreaba la pontencia, trasmutándola en un concepto harto polisémico.

Un mal de ojo en NOLA

Pero era soñar demasiado. Seis partidos de 24/25 y vuelta al asfixiadero. El tendón de la corva le ha tenido fuera de juego durante semanas.

Lesión no grave pero sin incapacitante, y que ha sido sólo un episodio más del nefasto sino que acompaña a los New Orleans Pelicans, donde casi todos sus jugadores de calibre acumulan largas noches de enfermería: McCollum, Murray, Murphy III, Jones… y el último Brandon Ingram, baja indefinida desde el 7 de diciembre por un esguince de tobillo.

Otro nefasto de pizarra estéril, Willie Green, el oxímoron de hacer virtud de la necesidad, se ha hundido junto con el resto de su mermado equipo, y ahora mismo NOLA ocupa el farolillo de la Conferencia Oeste, con 5 triunfos y 25 derrotas, a diez ya de la décima plaza, la última que da acceso al play-in.

¿Año nuevo, margen para vida nueva?

¿Luz al final del túnel? Es la única forma de verlo, pues sería muy triste que con la plantilla de la que disponen, los Pelicans comenzasen a pensar en Cooper Flag antes de las campanadas de nochevieja.

Según ha comunicado la propia franquicia, Williamson está a pocos días de reincorporarse a la normalidad de los entrenamientos, y poder alinear al quinteto titular con el que humedecían los Pels a inicio del curso, está cada vez más cerca, siendo Ingram quien estaría ahora en la cola de la recuperación.

En sus seis únicos encuentros esta campaña, el ala-pívot ha promediado  22,7 puntos, 8 rebotes, 5,3 asistencias y 1,2 tapones en 31 minutos de juego, con porcentajes de acierto por debajo de los que habitúa (45,2%) y con su autoinfligido hack-a-Zion desde la personal (66,7%), un auténtico hándicap para un especialista en acumular ‘and ones’, y que venía lanzando diez tiros libres por partido en este arranque de campaña.

(Fotografía de portada de Petre Thomas-Imagn Images)

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