Zion Williamson no puede contener las lágrimas tras ser elegido número 1 del Draft

Pese a que era uno de los números 1 más evidentes que se recuerdan, el poder del momento fue demasiado para Zion Williamson. Segundos después de que Adam Silver anunciase su nombre como nuevo integrante de los New Orleans Pelicans, el ex de los Blue Devils ofreció su primera entrevista como jugador de la NBA, entrevista que pasará a la historia por su emotividad y por la transparencia de Zion.

«No sé qué decir. Nunca imaginé estar en esta situación» dijo con claros problemas para contener el llanto. «Mi madre ha sacrificado muchísimas cosas por mí y no estaría aquí de no ser por ella. Solo quiero darle las gracias. Dejó sus sueños a un lado para que yo pudiera perseguir los míos, y siempre ha pensado primero en la familia» fue todo lo que pudo decir antes de romper a llorar junto a su madre y a su hermano pequeño en la que fue la imagen más icónica de la noche.

No obstante, el tono cambió en cuanto se le pidió que lanzara un mensaje a su nueva afición. Zion sonrió y fue conciso: «Vamos a bailar» concluyó mientras Nueva Orleans estallaba en júbilo.

Presión muy temprana

Momentos como este sirven para recordarnos que, aunque hablemos de una máquina de generar millones y de arrastrar masas, Zion (como varios de sus compañeros de este Draft) solo tiene 18 años. Lo de anoche no es sino la culminación del sueño de toda una adolescencia, la recompensa a muchos años de esfuerzo para los que es difícil estar preparado a una edad tan temprana y un salto tremendo en la vida de cualquier persona.

David Griffin, general manager de los Pelicans, es consciente de esto, y quiso quitar de encima toda la presión posible a Williamson con sus primeras declaraciones: «Dejemos a Zion ser un niño. No empecemos a decir que ha llegado para salvar a la franquicia porque no es así. Se ha unido a nuestra familia y está aquí para ayudarnos».

Este un mensaje radicalmente opuesto a muchos de los que se leen, que ya le definen como un jugador llamado a dominar la NBA durante años. Esto es en parte normal, pues tiene potencial de sobra para ello, pero carga una presión enorme sobre una mente que, como se ha visto en muchas ocasiones, puede no estar capacitada para gestionarla. Al fin y al cabo, si estos pronósticos no se cumplen será Zion quien pague no haber alcanzado las expectativas que otros le marcaron.

«Ahora mismo, este es el equipo de Jrue Holiday» continuó Griffin en la misma línea. «Zion llega para aprender cómo ganar a primer nivel, y, si llega el momento de darle las riendas del equipo para que se encargue de hacernos ganar, ocurrirá. Pero eso no va a pasar nada más llegar».

(Fotografía de portada: Sarah Stier/Getty Images)


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