Cuando pensamos en invertir en bienes raíces seguro que el caso de Marjon Beauchamps, número 24 del Draft, no acude a nuestra mente. Porque lo suyo es diferente. No es una inversión ni una forma de proteger su dinero. Es un regalo. Y un agradecimiento. Y una compensación por un pasado de amor y sacrificio. Es una historia que se repite cada año en la NBA y que no por ello pierde en belleza. La historia del hijo que por fin puede devolver a su familia una porción de todo aquello que esta le ha dado.
En el mundo real, el de los mileuristas, un crucero por el Mediterráneo ya sería tirar la casa por la ventana. Aquí, la frase hecha es el regalo. Una casa con, seguro, muchas ventanas, baños, garaje… y que no se tira a ningún lado. Firme, presta e impoluta para empezar a vivir.
🙏🏽God put me in this position… I prayed.. worked and spoke this into existence ✝️ From living in apartments my whole life ❤️🩹 To Giving my mom her first house ever … God is Good… My whole plan is Holy✝️ @ESPNNBA @SportsCenter @BleacherReport @NBA @nbagleague pic.twitter.com/LNm0KmdrDI
— MarJon Beauchamp (MJB) 💫 (@Marjon32) July 22, 2022
Denise, su madre, rompía a llorar y las redes sociales se contagiaban de su alegría en un acto de gratitud que, repetimos, nunca agota de ver.
Al nuevo jugador de los Bucks, como pick 24º, le corresponde un salario estimado de 12,6 millones de dólares siempre que la cosa marche y en Milwaukee garanticen la totalidad de su contrato de rookie, el cual consta de cuatro temporadas. Pero lo cierto es que Beauchamps sólo tiene blindados sus dos primeros años, lo que supone un montante de 5 millones. Suficiente, en todo caso, para adquirir tres o cuatro casas más además de la de su madre.
Buen inicio en Las Vegas
No obstante, ya advertimos que si hay que destacar algo en el escolta, su punto fuerte, es su entrega total a la causa. Un perro de presa de ida y vuelta en el parquet. En la Summer League de las Vegas ha promediado 12,6 puntos, 3,2 rebotes y 1,6 asistencias en 26,5 minutos, anotando 11 de sus 24 intentos de triple (45,8%). A ratos se le vio quizás sobreexcitado, tratando de hacer de más y comiéndose más de un fake pump en su ansia por encontrar el robo o el tapón. Pero mejor pecar, en estos inicios, por exceso que por defecto. Actitudes así son el sueño de todo entrenador.
(Fotografía de portada de Jason Miller/Getty Images)