Matt Barnes, uno de los antihéroes más entrañables que la NBA ha dado a luz —que ya es decir— es, después de su retirada profesional en 2017 y tras 14 años en la liga, una de las voces más abiertas en los debates sobre deporte de alto nivel y el uso del cannabis.
Él mismo ha admitido en diversas ocasiones que ha sido consumidor de cannabis durante casi toda su carrera. Mismamente desde el instituto, etapa en la que empezó a consumirla antes de los partidos tras completar una actuación de 60 puntos tras la primera experiencia.
«Si había sesión de tiro a las 11 de la mañana y terminábamos a las 12, llegaba a casa a las 12:30, me fumaba un porro, dormía un poco, comía, me duchaba e iba al partido», explicó recientemente el díscolo Barnes.
En la actualidad, Barnes está inmiscuido a título personal en diversas investigaciones sobre la marihuana y su uso terapéutico en diversos ámbitos de la sociedad.