Nowitzki-post NBA: «No entro en los trajes; me tomo un helado casi cada día»

No, Dirk, no. Tan pronto no. No queremos un caso Magic; un Mike Scioscia; una Tonya Harding. Un barrilete cósmico de 2,13…un ‘Mono Burgos’ biplaza en el banquillo… tiempo habrá de sobra para que Robin Hood mute en Little John. Y sin embargo, qué decir… el teutón se lo ha ganado: cada gramo, cada giro de báscula. Tres veces siete son muchas veces siete.

Hablamos de 21 años de carrera profesional. Y si el Dirk de la primera década de seguro que engulló todo lo que quiso y más (metabolismo de le edad y [cero] control nutricional de entonces), el de la segunda fue carne de verduras, fruta, zumos y ensalada. El sinsentido de la gastronomía texana. Pero es que las lesiones son una cosa y el físico otra bien distinta; y de Dirk Nowitzki no podemos decir que arrancara ni una sola de sus temporadas como profesional pasado de rosca. Ni una. Y ahora… life is life (la laaaa, la, lalá).

Dolçe manducare

Pregunta ¿Qué es lo primero que haces cuanto te retiras del baloncesto, con la cuenta bancaria llena, la leyenda intacta y la agenda súbitamente vacía? Del Circo directos al Pan. Un placer nada burgués. Comer. Comer como hacía siglos que no lo había hecho. Difícil hallar un placer mayor (Joey Tribbiani: «¡Quiero pan con chicas!»).

«Como helados casi cada día desde que me retiré», ha confesado el ex de los Mavericks para el programa
‘Ben & Skin‘ de la emisora 105.3 The Fan. Me he intentado probar varios de mis trajes y no me cabe ni uno. Probablemente peso siete kilos más. Honestamente, no he hecho deporte ni un sólo día desde que jugué mi último partido. Esta temporada ha sido dura para mí. Sentía mucho dolor durante la mayor parte de los partidos. Había dejado de ser tan divertido como una vez fue».

Como sugerencia, ya que la memoria es traicionera, os proponemos ver algunos highlights de éste último curso de Nowitzki, y acto seguido otros tantos de su campaña de novato. Impresiona. Igual de canijo, pero el ritmo indudablemente es otro. Nadie (excepto Jamal Crawford) escapa al peso y paso de los años.

Con una sola palabra, nos describe el mejor jugador europeo de la historia cómo se siente tras haber colgado definitivamente las zapatillas: «Aliviado».

Hora de disfrutar, Dirk. Te lo has ganado. Nos conformamos con no verte por ambos lados del atril el día que vayas a dar tu discurso de Hall of Famer dentro de unos pocos años. Robin ‘Little’ Hood out.

(Fotografía de portada de Tom Pennington/Getty Images)


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