El padre de la saga Ball podría aspirar esta temporada al galardón ‘Bocazas el Año’. En una reciente entrevista concedida al medio USA Today ha demostrado por qué, y entre sus muchas otras perlas ha destacado que sería capaz de batir al mismísimo Michael Jordan.
«De vuelta a mi apogeo, acabaría con Jordan en un 1 contra 1», destacó LaVar Ball. «No podría detenerme… No es lo suficientemente rápido. Tendría que lanzar siempre desde fuera, yo convertiría cada canasta debajo del aro», explicó.
«Ahora mismo en un partido de 5 contra 5 Jordan causaría algún daño que otro, pero yo también lo haría», agregó.
LaVar Ball, que en la temporada 1987-88 apenas promedió 2,2 puntos y 2,3 rebotes para Washington State, pediría el transfer al Cal-State de Los Angeles en busca de minutos. Por su parte, Jordan cosecharía 35 puntos y 5,5 rebotes para Chicago Bulls ese mismo curso.
El billón de dólares
Entre otras de sus muchas fanfarronadas del padre de los Ball –Lonzo tiene dos hermanos menores: LiAngelo y LaMelo– encontramos el hecho de que ya ha puesto precio a una hipotética firma con una marca deportiva. Como no podía ser de otra forma, LaVar no se conforma con poco…
«Un billón de dólares, tiene que estar por ahí. Ese es nuestro número, mil millones». Y aclara: «Ni siquiera tienes que dármelo todo por adelantado. Vale en 10 años». La cuestión es que no se trata del futuro. Los chicos, al menos los que tienen edad de conducir, ya manejan sendos BMW valorados en 100.000 dólares. Para LaVar no supone gran cosa. «Conseguir a mis muchachos un coche de 100.000 dólares no es nada. No tengo que pagar por la educación. Estoy ahorrando más de un millón de dólares».
¿Efecto negativo?
Nada de eso. LaVar entiende que el desarrollo baloncestístico de su hijo en UCLA, donde promedia 14,6 puntos, 7,7 asistencias y 6,1 rebotes que le proyectan entre los cinco primeros del próximo Draft, no se verá influenciado negativamente por sus constantes apariciones en público. «La gente intenta confundirlo. […] Yo le dije: ‘Hijo, hablar de ti no es hacerte daño. Darte un golpe en la cabeza es hacerte daño».
Nota: Jorge Roche y Álvaro Arenillas colaboraron en la redacción de esta noticia.