Los Angeles Clippers llevaban semanas uno de los mayores desastres de la NBA si no el mayor. Eso era lo que transmitían tras sumar solo dos victorias en los últimos 16 partidos y entrar en una racha de resultados negativos que ni el regreso de Kawhi Leonard había sido capaz de cambiar. Muchos daban ya por perdida la temporada y empezaban a plantear hipotéticos traspasos con los que deshacer por completo el proyecto, y no puede decirse que fuera incoherente hacerlo.
Así que por favor, que alguien explique lo que ha pasado esta madrugada en Atlanta.
Porque los angelinos no solo han ganado en la cancha de uno de los equipos de la zona alta del Este, sino que lo han hecho por 92-115 y exhibiendo una solvencia y un dominio que parecen traídos de otra época. De otra temporada en la que, a diferencia de este, el cuadro de Tyronn Lue era un equipo a temer, uno que competía en cualquier contexto. Unos a los que nadie esperaba ya pero que han reaparecido cuando más necesaria era una reacción.
Control total
53 segundos. Ese fue el tiempo que los Hawks pasaron por delante en el marcador a lo largo de la noche. De resto, dominio californiano. Y uno bastante autoritario.
Un parcial de 1-10 al final del segundo cuarto abrió la ventaja hasta los dobles dígitos antes del descanso (41-55), pero fue después de él cuando está alcanzó límites sonrojantes para los locales. De la mano de James Harden y Kawhi Leonard, que se combinaron para 19 puntos en el tercer cuarto, los visitantes controlaron por completo este periodo y dispararon la diferencia hasta los 20 tantos, que llegarían a ser 25 en el último parcial. Y en todo este tiempo, ni un atisbo de reacción. No lo permitieron. Hoy no.
Cierto es que los Hawks, que siguen esperando el regreso de Trae Young, descartaron a última hora a Jalen Johnson y Kristaps Porzingis y llegaron bastante mermados, pero cosas peores hemos visto hacer a los angelinos en estas semanas. Estaban en un punto en el que nada era garantía de victoria, y mucho menos de una tan solvente. De modo que aunque el botín sea pequeño y el mérito cuestionable, tienen motivos para volver a estar (al menos un poco) contentos.
Harden y Kawhi, con 27 y 21 tantos respectivamente, se encargaron de que así fuera, aunque el equipo brilló en su totalidad con hasta cinco hombres en dobles dígitos y una buena defensa que castigó las ausencias de los Hawks. Nickeil Alexander-Walker y Dyson Daniels no pudieron ejercer como verdaderos referentes ofensivos y sucumbieron ante el buen hacer de los Clippers, que tienen ahora la responsabilidad de demostrar en su próximo choque que lo de hoy ha tenido más de mérito propio que de relajación ajena.
(Fotografía de portada: Dale Zanine-Imagn Images)





