Los 40 de LeBron son los nuevos 30

LeBron domina a los 76ers en el clutch para dar otra victoria a los Lakers

Foto del autor

Por Aitor Darias

Publicado el

En la vida, y sobre todo en el deporte, todo está destinado a cambiar. El tiempo no pasa en vano e incluso algunas constantes como la racha de LeBron James anotando al menos 10 puntos en cada partido durante 18 años acaban llegando a su fin. Otras, sin embargo, como el talento del de Akron para decidir partidos, desafían esta premisa y acaban luciendo imperecederas. O al menos así lo pareció esta madrugada en el Xfinity Mobile Center.

Los Lakers se llevaron un sufrido triunfo ante los 76ers por 108-112, resultado que no se explica sin la irrupción del alero en el último cuarto, en el que demostró que, a sus casi 41 años, sigue pudiendo convertirse en el mejor jugador sobre la pista. Con la defensa de los 76ers forzando a Luka Doncic a soltar el balón y con Austin Reaves muy desacertado (3/16), le tocó a él asumir el protagonismo en el tramo final.

Y ahí, hizo lo que mejor sabe, que es ganar partidos. Al final, la cabra tira al monte.

De acompañante a solista

El último cuarto arrancó con los 76ers en modo cazador, reencontrando sensaciones tras un tercer parcial en el que los Lakers habían amagado con irse en el marcador y yendo a más con el paso de los minutos. Las sensaciones estaban cambiando tras los mejores momentos angelinos en el partido, y los de Redick, más que por brillo y talento, estaban abocados a llevarse el duelo por mero instinto de supervivencia.

En ese contexto, LeBron arrancó asumiendo el rol que más le ha tocado ejercer este año que es el de generador. Crear para sus compañeros es algo que el máximo anotador de la historia hace como pocos, y, en vista de que la gran virtud del equipo en el tercer cuarto había sido la coralidad, trató de ir implicando al resto para recuperar esa anotación repartida que tantos problemas había dado a la defensa de los 76ers.

Pero la cosa era ya diferente. Los hombres de rol no terminaban de convertir sus lanzamientos, Reaves estaba en su peor noche del curso y Luka estaba siendo defendido cara a cara a 10 metros del aro. Así que, como tantas otras veces, era él o nadie. Y ante esa diatriba, la respuesta es siempre la misma.

James anotó 12 de sus 29 puntos en el último cuarto, 10 de los cuales llegaron en el clutch. Inspirado como pocas veces desde la larga distancia, el alero encontró su zona de confort y, con los locales cada vez más cerca, no paró de anotar desde ella. Primero pisando la línea de tres por milímetros, luego con dos triples casi idénticos, y finalmente con un step-back sobre Grimes que puso el 105-110 con menos de medio minuto para el final y dejó todo resuelto.

10 tantos consecutivos. 5/5 en el clutch. Todos los tiros de campo de los Lakers en los últimos cinco minutos llegaron de sus manos. Porque en la vida, y sobre todo en el deporte, hay cosas que no cambian.

Embiid, la otra cara

La otra cara de la moneda la puso un Joel Embiid que, a sus 31 años, empieza a dar la sensación de no poder regresar a su mejor nivel. El pívot lleva toda la temporada con mucha precaución y con evidentes limitaciones con el objetivo de ir progresando lentamente de cara a la fase importante de la temporada, pero es difícil ser optimista al respecto en noches como la de hoy. Una noche en la que pareció ser él quien afronta su 23ª temporada en la liga.

Embiid acabó con 16 tantos, pero llegó a ellos después de firmar un duro 4/21 en tiros de campo. Ni siquiera su buena muñeca y su capacidad como finalizador, que suelen acompañarlo incluso cuando su físico no lo hace, estuvieron hoy con él, y los 76ers se resintieron como consecuencia. Salvo Tyrese Maxey con 28 puntos, ninguno de los hombres de Nurse estuvo especialmente eficaz en ataque, haciendo que su intento de remontada estuviese más basado en su coraje que en su acierto.

Y aunque eso les valió para soñar e incluso para empatar el partido a 105-105, no sirvió para culminar la proeza.

(Fotografía de portada: Bill Streicher-Imagn Images)

TE PUEDE INTERESAR