Detroit, un vendaval; Atlanta, un borrón

Cinco días de descanso han servido para disfrutar, a su regreso, de la versión más arrolladora y conjuntada del equipo que lidera con firmeza la Conferencia Este

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Por Enrique Bajo

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No está entre las diez máximas anotaciones del curso. Ni tampoco entre las primeras quince.

Pero los 142 puntos que los Detroit Pistons les endosaron anoche a los Atlanta Hawks (142 a 115) suponen la decimoséptima cifra más alta de puntos anotados en un encuentro en lo que llevamos de temporada.

Los de J. B. Bickerstaff se quedaron a gusto para la que ha sido su quinta victoria en seis partidos y sobresalir aún más en solitario como líderes de la Conferencia Este, con un balance de 20-5: tres triunfos por encima de los New York Knicks (2º).

Es la tercera vez que los Pistons se han enfrentado a los Hawks en la presente campaña (aún les queda una más), y todas has concluido de la misma manera: con los de Georgia mordiendo el polvo. Y si en los dos previos el combate se resolvió a los puntos, éste ha sido por contundente K.O, alcanzando una renta máxima en el marcador de +35 puntos.

Titulares + banquillo

Del festín formaron parte dos unidades completas de Detroit, con ocho jugadores por encima de los diez puntos y mostrándose de lo más compactos, operando como una perfecta unidad.

El protagonismo no existió como tal, pues éste estuvo perfectamente repartido, con un Cade Cunningham (que promedia más de 20 lanzamientos por noche) que tiró a canasta exactamente las mismas veces que Duncan Robinson y Jalen Duren (10), y solo un lanzamiento más que Tobias Harris, Ausar Thompson e Isaiah Steward.

Jaden Ivey –que pasó por quirófano justo antes de dar el pistoletazo al curso– sigue entrando en dinámica de manera progresiva, desde la banca, evitando forzar a toda costa y orbitando cada semana más los 20 minutos por partido (con los porcentajes de acierto in crescendo).

No hubo antídoto posible

El sometimiento fue total de principio a fin, y poco o nada importó que la dupla exterior de Atlanta sea reconocida por su buena defensa individual (NAW y Dyson Daniels) o que Jalen Johnson firmase su quinto triple-doble de la temporada (19 puntos, 11 rebotes, 12 asistencias) y se encumbrara con una de esas estadísticas raras que nos trae ESPN, convirtiéndose en el quinto jugador de la historia en encadenar 15 partidos consecutivos con al menos 7 puntos, 7 rebotes y 7 asistencias, uniéndose a Oscar Robertson, Wilt Chamberlain, Nikola Jokic y Russell Westbrook.

Los visitantes (sin Trae Young ni Kristaps Porzingis) aguataron el ritmo del Little Caesars Arena durante el primer cuarto para ir cediéndolo en el segundo y entregar en el tercero las llaves de su ciudad, devorados por un rival imparable en transición (treinta puntos al contraataque), poderosos en el rebote (veintidós capturas más) y una intensidad que lleva acompañándoles todo el curso, y que anoche se tradujo en dieciséis robos de balón.

«Sacamos a la segunda unidad para cerrar el segundo cuarto y abrimos con ella el tercero, en el que hicieron un gran trabajo, estando muy serios en defensa y generando oportunidades en transición para anotar canastas fáciles (…) Hemos hecho un gran trabajo siendo físicos y poniendo nuestro sistema en práctica», comentó en rueda de prensa un Bickerstaff que agradeció, expresamente, los días de descanso que han tenido (no competían desde el 7 de diciembre) para descansar y recuperar piernas, y que sin duda está superando todas las expectativas, incluso las más optimistas, con el equipo que más brilla en el lado Este de EE.UU.

(Fotografía de portada de Lon Horwedel-Imagn Images)

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