Los Spurs, a Las Vegas por la puerta grande

San Antonio pasa por encima de los Lakers en los cuartos de final

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Por Aitor Darias

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Debido a los recientes problemas con la pista, los Lakers no lucieron esta madrugada el habitual diseño amarillo para los partidos de Copa NBA, decantándose por el contrario por el parqué tradicional. Quizás por ello el cuadro de Redick pareció jugar sin la conciencia de que había un billete para Las Vegas y para las semifinales en juego. Una lección que los San Antonio Spurs no olvidaron.

El cuadro texanos se impuso en Los Ángeles por un contundente 132-119 en un encuentro en el que, pese a la ausencia de Victor Wembanyama, dominaron por completo a los de Redick para llevarse el último duelo de los cuartos de final. Uno que, aunque sin acercarse a la abrumadora paliza de los Thunder a los Suns, tuvo muy poca historia y no pareció nunca en peligro para el cuadro de Mitch Johnson, que sigue demostrando que tiene muchas más armas además del gigante francés.

Que sigue demostrando que, ahora sí, este año son un rival a tener en cuenta.

Empuje continuo

Varios factores explican el claro control de los Spurs durante la noche, pero la palabra que define su actuación es incansables. Y el hombre que la personifica mejor que nadie es Stephon Castle.

El base fue una pesadilla para la defensa angelina por su capacidad para atacar continuamente la pintura, explotando la falta de velocidad del backcourt local tanto en estático como en transición. Y una vez que ponía un pie en la pintura, rara era la vez que no pasaban cosas. Una canasta, una falta, un pase a un compañero abierto. Y así una vez tras otra hasta irse hasta los 30 puntos y 6 asistencias y, sobre todo, hasta dejar el encuentro resuelto.

Pero esto no fue solo cosa de Castle. La decisión a la hora de poner el balón en el suelo e ir hacia dentro fue una constante en San Antonio, que logró gracias a ello no solo generar muchas oportunidades en la pintura sino también desde el tiro libre. Los Lakers, uno de lo equipos que más anota desde el 4,60, probaron de su propia medicina al conceder 36 lanzamientos desde la línea de personal, de los que 29 subieron al marcador para dar una importante cantidad de tantos fáciles a los visitantes.

En total, los Spurs anotaron de esta manera 13 tiros libres más que los angelinos. ¿La diferencia final en el marcador? 13 puntos.

Pero los de Mitch Johnson fueron también incansables en todo tipo de esfuerzos. Más agresivos en el rebote, más rápidos llegando a balones dividido, más rápido en transiciones tanto ofensivas como defensivas. Quizás no tenían el motor más potente, pero sí más gasolina en el tanque. A lo cual ayudó el poder presumir de una mayor profundidad.

Problemas para Reaves

Siete hombres acabaron en dobles dígitos en el cuadro de San Antonio, de los cuales todos tuvieron su momento para brillar en algún tramo u otro. En los Lakers, sin embargo, la cosa fue diferente.

Luka Doncic y LeBron James, que terminaron con 35 y 19 puntos respectivamente, firmaron buenos números, pero los alcanzaron sin dar nunca la sensación de poder tomar las riendas del encuentro como hacen habitualmente. Mientras la diferencia a favor de los visitantes crecía hasta llegar a los 24 tantos, ninguno de ellos parecía capaz de cortar la sangría. No había respuesta, no había continuidad, solo acierto a cuentagotas. Y así, les fue imposible imponer su innegable talento.

Aun así, acierto a cuentagotas es más de lo que puede decir un Austin Reaves al que parece que le está costando un poco encontrar su sitio junto a las otras dos estrella. El escolta brilla cuando juega solo, incluso cuando juega con una de ellas, pero ya en Philadelphia quedó muy en segundo plano cuando el Big 3 volvió a coincidir en pista y hoy le pasó de nuevo. Demasiados minutos de intrascendencia, de sumar poco o nada.

Lo cual fue fatídico en una noche en que los hombres de rotación, más allá de un Smart brillante desde el triple (8/14), tampoco aportaron demasiado.

A por lo imposible

Los Spurs se jugarán por lo tanto un puesto en la final ante los Oklahoma City Thunder, que llegan como el equipo más imparable de la temporada con un balance de 24-1 que iguala el mejor de la historia de la liga. Ahora mismo no parece que haya nadie que pueda tumbarlos, pero los de Johnson irán a Las Vegas a reivindicarse una vez más como un equipo a temer. Quizás incluso contando ya con un Wembanyama listo para darles una marcha más.

(Fotografía de portada: Jayne Kamin-Oncea-Imagn Images)

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