De todos los intentos de Big Three de los quince últimos años, éste puede ser el que está suponiendo un mayor despropósito de todos.
Ante unos San Antonio Spurs que escasas horas antes recibían el varapalo en forma de noticia, con Victor Wembanyama causando baja para lo que resta de curso, los Phoenix Suns escupían el caramelo en lugar de aprovecharlo.
Los tejanos, lejos de hundirse, se crecieron ante las circustancias para vencer por 109-120.
Nada tiene sentido
Deberá explicar Mike Budenholzer a lo largo del día por qué un Nick Richards que estaba jugando bien en el primer cuarto, fue objeto de banquillazo a los ocho minutos para no volver a disputar ni uno más.
El pívot, que llegaba como uno de los mejores refuerzos invernales, asistió al resto del encuentro desde la banca sin problemas físicos aparentes, mientras un inusual como Bol Bol terminaba la noche con más minutos que él. Incomprensible.
Como tan incomprensible y revelador de lo que son estos Suns (una banda), es que Royce O’ Neale terminase como el máximo anotador (y plusmarca personal) de los de Arizona con 27 puntos (6 de 12 en triples) por encima de los 22 de Kevin Durant, los 17 de Devin Booker y los 19 de Bradley Beal desde la segunda unidad.
De’ Aaron carga con todo el peso
¿Será capaz de repetir exhibiciones como esta con natural asiduidad? De ser así, tal vez nos hayamos precipitado en descartar a los Spurs de la lucha por los playoffs tan pronto se conoció el diagnóstico de Wemby.
Porque ayer, Fox fue todo lo que un jugador franquicia debe ser: un líder, un ejemplo, un tío imparable cuando entra en efervescencia, un base que juega y hace jugar.
Un pedazo de All-Star que no salió anoche nublado por la mala noticia sino dispuesto a hacerla olvidar por un par de horas, dándole una alegría a la afición del Frost Bank Center.
Fox firmó una hoja estadística de 26 puntos, 9 rebotes, 7 asistencias, 2 robos y 2 tapones, además de irrumpir con fuerza en un final pendiente de dueño.
En pleno clutch y a falta de tres minutos, Fox se hizo con el control de cada acción de ataque de los Spurs, anotando once puntos consecutivos aprovechando su velocidad en penetración y sentido de la finalización (¿y Nick Richards?), y atando un triunfo que los deja a dos partidos de los propios Suns y a cuatro de los Warriors, dueños de la décima y última plaza que da acceso al play-in.
Los dos datos de la velada
Por encima de casilleros individuales, fue una noche con dos eventos singulares.
Chris Paul adelanta a Jason Kidd
A su edad sigue batiendo récords. El de ayer no fue uno menor. Con dos robos de balón, Chris Paul se convierte en el segundo jugador con más balones robados en la historia de la NBA, adelantando a Jason Kidd y quedando sólo tras la estela del inalcanzable: John Stockton.
Jugador | Robos |
---|---|
John Stockton | 3.265 |
Chris Paul | 2.686 |
Jason Kidd | 2.684 |
Michael Jordan | 2.514 |
Gary Payton | 2.445 |
LeBron James | 2.320 |
🔝La acción que sitúa a CHRIS PAUL como el segundo jugador de la historia con más robos a lo largo de su trayectoria.
— NBASpain (@NBAspain) February 21, 2025
Supera a Jason Kidd. pic.twitter.com/mGFXhcBOtB
Debuta Bismack Biyombo
Como agua de mayo ha venido su contrato de diez días estampado el pasado 8 de febrero, y con todo de cara para que el pívot congoleño lo vea extendido hasta final de curso debido a lo de Wemby.
Del paro directo a la titularidad. Con Charles Bassey también lesionado en la rodilla (sexto partido consecutivo que se pierde), Biyombo salió de inicio para jugar 16 minutos y anotar ocho puntos con un perfecto 4 de 4 en tiros.
(Fotografía de portada de Scott Wachter-Imagn Images)