Andrew Wiggins se sitúa como el cebo comercial mediante el cual los Miami Heat tratarán de hacer un gran movimiento este mismo verano. El alero no ha conseguido suavizar la marcha de Jimmy Butler y él mismo reconoció sentirse frustrado durante esta breve estancia en South Beach.
A sus 30 años, a Wiggins le restan otras dos temporadas más de contrato, incluida una opción de jugador por valor de 30,2 millones de dólares para la temporada 2026-27. La paupérrima imagen dada en primera ronda ante los Cavaliers tendrá consecuencias internas e impulsarán una transformación en la plantilla que apunta a cobrarse la cabeza de Wiggins.
Tanto el entrenador Erik Spoelstra como Pat Riley ya adelantaron que no les temblará el pulso este verano. Y Wiggins emerge como esa pieza, por calidad y contrato, que los Heat esperan que sirva como llave para realizar un importante movimiento durante la temporada baja. Un tsunami comercial que ya trataron de hacer durante toda la estancia de Butler y que nunca llegó a materializarse. Ahora, esperan que sea diferente.
Además de Wiggins, otros jugadores como Terry Rozier, Duncan Robinson, Kyle Anderson o Nikola Jovic se hallan en la rampa de salida. Y veremos si la gerencia no se plantea también la opción de romper el dúo compuesto por Tyler Herro y Bam Adebayo. En todo caso, Miami se sitúa como una de las plazas en las que se esperan grandes cambios en el corto plazo.
(Fotografía de portada de David Richard-Imagn Images)