Andrew Wiggins y el día de la marmota

Los Lakers quieren pelear por el anillo, y para ello necesitan sumar otro jugador solvente en ambos extremos del parquet. El periscopio, pues, vuelve a apuntar a Miami.

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Por Enrique Bajo

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Hace apenas unas semanas, la historia parecía terminada y la puerta prácticamente cerrada.

Jovan Buha, de The Athletic, situó a los Lakers sondeando el precio de Andrew Wiggins, y Miami Heat respondió con una petición encabezada por Rui Hachimura, Dalton Knecht y una primera ronda.

El globo se desinfló pronto: Dan Woike, corresponsal angelino en el mismo medio, fue tajante en el podcast de Zach Lowe —“Los Lakers no están interesados en Andrew Wiggins; creo que es algo que ya podemos dejar en el pasado”— y añadió que la franquicia no contemplaba asumir contratos que se extendieran más allá de 2026, anticipando una hipotética salida de LeBron James.

Ese era el escenario… hasta ahora.

Marc Stein, en su boletín de substack, matiza que las reticencias de los Lakers respecto a asumir contratos más largos habrían empezado a diluirse.

Según sus fuentes, Rob Pelinka y el resto del staff técnico vería con buenos ojos el poder reforzarse con un alero con poderío two-way, elevando indudablemente su techo competitivo (la salida de Dorian Finney-Smith les dejó tullidos en ese sector), y ahora las esperanzas de pelear por el título parecen reavivarse, más viendo el formidable nivel que está rayando Luka Doncic en el Eurobasket.

Miami: empezar de nuevo

¿Incentivo de Miami para volver a plantearse su marcha? Ganar flexibilidad financiera para rehacer parte de su plantilla: el canadiense, de 30 años, percibirá 28,2 millones esta temporada 2025/26, y mantiene una opción de jugador de 30,2 millones para 26/27. Un contrato que, de confirmarse el giro de intenciones de los californianos, dejaría de ser obstáculo para convertirse en oportunidad.

Se plantean dos posibles escenarios para que este movimiento se reactive, uno de ellos inminente: las semanas previas al training camp (primeros de septiembre) y el mercado invernal de 2026 (con el 5 de febrero como tradeline).

Buscar un acuerdo inmediato implicaría un mayor precio a pagar por los Lakers, mientras que esperar a febrero, por un lado podría abaratar la jugada pero, por otro lado, la realidad de entonces podría ser bien distinta, desde un Wiggins sumando a la causa y en Florida no quieran desprenderse de él, a que más equipos se sumen a la puja y los Lakers sean incapaces de igualar la oferta.

En cualquier caso, no parece que Miami y el número uno del Draft 2014 vayan a compartir camino por mucho más tiempo.

(Fotografía de portada de Dale Zanine-Imagn Images)

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