Atlanta tenía pensado lanzarse a por Jaylen Brown y Domantas Sabonis

Los Atlanta Hawks han progresado adecuadamente —que diría cualquier tutor escolar— desde que accionaron su particular reconstrucción. Después de poco más de dos años desde que hicieran tabula rasa, en Georgia ya hay un núcleo interesante sobre el que edificar el éxito futuro. Los John Collins, Trae Young (sobre todo él), Kevin Huerter, Cameron Reddish o DeAndre Hunter han alicatado las paredes de la franquicia en tiempo récord y, después de esta temporada 2019-20, Atlanta estará lista ya para el siguiente nivel.

Ese próximo escalafón será el de contratar talento a través de la agencia libre. Jugadores hechos, no más churumbeles llegados del draft con nula experiencia profesional, sino perfiles más contrastados que puedan ayudar a crecer a través de las victorias. Porque lo de hundirse a propósito en la clasificación es ya cosa del pasado.

Además, los Hawks liberarán dinero a espuertas de cara a la próxima temporada. Si bien la cifra es algo engañosa dado que tendrán que renovar a Collins el año que viene y a Trae Young dentro de dos años (tocará rascarse el bolsillo), de cara al curso 2020-21 solo hay comprometidos algo más de 33 millones de dólares. Sí, 33 cuando el límite salarial estaba proyectado en 116 millones y 141 el impuesto de lujo, si la reciente crisis de China no se encabrita para decir lo contrario.

De esa manera, los Atlanta Hawks quieren pescar en la próxima agencia libre. Tendrán tesorería disponible de sobra para firmar algo interesante y el proyecto en estos momentos ha pasado a ser atractivo e ilusionante. Por ello, el perfil de jugadores al que deberían tratar de apuntar es joven, con proyección aunque también experiencia probada en la competición; en proyectos de, como mínimo, medianos objetivos.

Eso mismo es lo que tenían (y tienen) pensado en las oficinas de Atlanta hasta hace bien poco. Los Hawks tenían planeado ofrecer un contrato a Jaylen Brown y a Domantas Sabonis el próximo verano, tal como pudo comentar el periodista Shams Charania (The Athletic) hace algunos días. Dos jugadores, Brown y Sabonis, que encajaban a las mil maravillas en las vacantes que pueden buscar los Hawks en verano, sin embargo ambos renovaron su contrato en sus respectivos conjuntos, Boston e Indiana, antes del comienzo de la temporada 2019-20. Brown firmó el contrato de su vida con cuatro años y alrededor de 115 millones (no todo garantizado) y Sabonis hizo lo propio con 74,9 millones y cuatro cursos.

Se fastidió el invento. Es por ello que Atlanta ya no podrá perseguir sus contrataciones desde el mercado libre y, por tanto, tendrá que husmear a otros jugadores de perfil similar.

Porque por ahí andarán los tiros, centrados en jugadores capaces de crear un impacto con su llegada al equipo y al mismo tiempo con hambre, juventud y margen para crecer con el proyecto que se hace adolescente en Georgia. Adolescente, sí, porque la idea es que el curso que viene pueda llegar a mayoría de edad.

(Fotografía de portada: Emilee Chinn/Getty Images)


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