El culebrón alrededor de James Harden ha finalizado con su traspaso a los Brooklyn Nets. El escolta jugará en la franquicia neoyorquina junto a Kevin Durant y Kyrie Irving después de cerrarse una operación en la que Indiana Pacers y Cleveland Cavaliers también han logrado pescar piezas interesantes.
No obstante, los Nets no eran los únicos interesados y hasta última hora los 76ers pujaron muy fuerte para intentar hacerse con los servicios del MVP de la temporada de 2018. De hecho, en las oficinas de Philadelphia no dudaron en poner sobre la mesa a Ben Simmons, una de sus principales estrellas, según ha informado el periodista Shams Charania. Todo ello a pesar de que el general manager Daryl Morey había insistido una y otra vez en que el dos veces All-Star no estaba en el mercado.
Además de Simmons, los 76ers ofrecieron a Matisse Thybulle y una cantidad de futuras rondas del draft que no ha trascendido. Sin embargo, desde Yahoo Sports señalan que en Texas también solicitaron que Tyrese Maxey entrara en la operación, algo a lo que en Philly se negaron por completo. En consecuencia, los Rockets aceptaron la oferta de los Nets. Ahora bien, del paquete de jugadores recibido solo uno se mantiene en Texas: Rodions Kurucs. Jarrett Allen y Taurean Prince fueron enviados a Cleveland, mientras que Caris LeVert fue inmediatamente traspasado a Indiana a cambio de Victor Oladipo, quien, aparentemente, no quiere jugar en su nuevo destino.
Volviendo a la franquicia de Pensilvania, el propio Ben Simmons ha señalado que todo «está bien» y que no afectará a su confianza con la franquicia ni a su rendimiento en el equipo que su nombre haya sido ofrecido a los Rockets. De hecho, el propio jugador está feliz de seguir en los 76ers y admitió que estaba preparado para ser enviado a Houston, según informan desde ESPN.
De este modo, los 76ers seguirán apostando por su dupla estelar aunque ahora conozcamos que la historia estuvo muy cerca de ser distinta.
(Fotografía de portada de Sarah Stier/Getty Images)