Sin jugar desde noviembre, cuando tras una corta estancia en los Rockets fue apartado del equipo y luego traspasado en enero —cortado a las pocas semanas y sin debutar—, a los Bulls. Esa ha sido la hoja de ruta de Carmelo Anthony este curso, que lo inició con esperanzas al enrolarse en Houston por el mínimo y que lo ha terminado alejado de las pistas. Carmelo, que cumplirá 35 años a finales de este mes de mayo, llegó a los Rockets en el verano de 2018, después de que los Hawks lo despidieran. Atlanta lo había adquirido días antes vía traspaso desde OKC, pero su intención nunca fue la de hacerle jugar, como se comprobó pronto.
¿Regreso a New York?
Realmente, no solo el último curso de Carmelo sino también el anterior ha sido tumultuoso. Melo arribó en los Thunder en septiembre de 2017, tras finiquitar su estancia de seis campañas y media en los Knicks. En New York no triunfó quizá como se esperaba, aunque fue el máximo anotador de la 2012-13 y estableció el récord de puntos de la franquicia para un partido con 62 tantos en enero de 2014.
En los Thunder las cosas no fueron bien, como tampoco en Houston, y ahora que Kevin Durant está en el punto de mira de los Knicks para la 2019-20 muchos se hacen la pregunta de si Anthony podría acompañar en ese supuesto al todavía jugador de los Warriors. Preguntado al respecto, Anthony no negó la mayor ni descartó reintegrarse en la disciplina de los Knicks. “Tengo que ver lo que pasa”, contestó con una sonrisa a SNY.tv durante los actos de la Nike EYBL, que hizo su parada en Cartersville (Georgia). Carmelo apadrina al Team Melo en este circuito para jóvenes talentos del basket y estuvo ese fin de semana en Cartersville junto con LeBron James para ver al hijo de este jugar.
A Carmelo son muchos los que le animan a que siga en liza, a que no se retire. El último, Allen Iverson. ¿Seguirá su camino en la Gran Manzana?
(Fotografía de portada: Elsa/Getty Images)