Nadie dudó ni un segundo que Stephen Curry renovaría su contrato con Golden State Warriors, algo que sucedió por el máximo salarial; es decir, cinco años y 201 millones de dólares. Pero no todo fue tan rápido.
Conocedor de su estatus de superestrella, el dos veces MVP quiso situarse con el nuevo acuerdo a la altura de los mejores. Para ello, y aunque el salario a percibir estaba meridianamente claro, pidió a la gerencia de Golden State incluir en el acuerdo una cláusula para poder vetar cualquier traspaso, así como una opción de jugador para su quinto año, informa Marcus Thompson de The Athletic Bay Area.
La respuesta de la franquicia fue la de negarle esas peticiones, lo cual en ningún momento hizo peligrar el acuerdo entre ambas partes. Lo cierto es que al menos desde la perspectiva de la franquicia poco hubiese cambiado el que Curry tuviese una cláusula ‘antitraspaso’, ya que no parece que exista ningún escenario en el que deseasen desprenderse de él antes de 2022.
Diferente hubiese sido que la quinta temporada estuviese sujeta a una player option. En ese caso Curry hubiese sido libre para decidir su futuro en 2021, momento en el que contaría con 33 años y tendría abierta la posibilidad de firmar otro gran contrato. En cualquier caso, ahora tiene asegurados 45,7 millones de dólares para esa temporada.
El mejor camino
Golden State dejó claro con esta negociación que no estaba dispuesto a quedarse con Curry sin importar las condiciones, aunque también es cierto que hacerlo siendo el mejor equipo de la liga no es lo mismo que viéndose en la clase media. Curry obtuvo el máximo y Golden State la seguridad de mantener a su jugador franquicia hasta 2022. Realmente no había opción de que alguno hubiese optado por lo contrario. Juntos pueden seguir sumando anillos.