La historia de la NBA pudo cambiar en el verano del año 2000. Orlando Magic, deseoso de montar un equipo que aspirase al anillo, llegaba al mes de julio con tres grandes objetivos: Grant Hill, Tracy McGrady y Tim Duncan.
Los dos primeros terminaron firmando con ellos y la estrella de los Spurs tampoco estuvo lejos. Sabedores de que podía ser el elemento clave para sus planes, en Florida apostaron todo para convencer a Duncan; sin embargo, todo se rompió tras la conversación que el ala-pívot mantuvo con el entonces entrenador de Orlando, Doc Rivers. Así lo explica su excompañero en Texas, Bruce Bowen.
«Cuando Tim se reunió con Orlando planteó esta pregunta: ‘¿Pueden las familias acompañar al equipo en los vuelos de algunos viajes?’ Y por lo que tengo entendido Doc dijo no. Ese fue el momento en el que perdió a Tim Duncan», explica a Fox Sports West.
Esta teoría ya fue puesta sobre la mesa hace tiempo, pero en aquel momento Bowen no habló tan claro. En cualquier caso, cuesta creer que la decisión de Duncan se basase únicamente en esos términos aunque su familia tuviese un peso tan grande para él.
¿Qué hubiese sido de Orlando?
Todos sabemos que la grave lesión sufrida por Grant Hill, quien disputó solo 53 partidos en sus tres primeras campañas en Florida, frenó enormemente el crecimiento del equipo, pero con Duncan todo hubiese sido distinto. Habríamos asistido a una pareja que aunaría tanto dominio interior con el exjugador de San Antonio como un perímetro letal dirigido por McGrady. No se dio. Ahora solo queda imaginar un pasado que nunca existió.