Donovan Mitchell ha ratificado su condición de gran estrella de la NBA después de anotar 71 puntos ante los Chicago Bulls. Esta cantidad supone un récord histórico de franquicia en Cleveland, la segunda máxima anotación del siglo XXI y la segunda mayor cantidad de puntos generados en un partido por un jugador tan solo por detrás de Wilt Chamberlain.
No obstante, no es la única razón por la que el escolta de los Cavaliers ha sido noticia recientemente. Mitchell fue traspasado rumbo a Ohio a principios del pasado mes de septiembre tras un largo culebrón que duró todo el verano y que devolvió informaciones desde distintos frentes y con posturas, por momento, opuestas.
En esta ocasión, el periodista de ESPN, Brian Windhorst, ha sido el encargado de arrojar un poco más de luz al proceso que derivó en la salida de Mitchell, desde el punto de vista del propio jugador. Según el insider, el escolta acabó la temporada muy frustrado por la eliminación de su equipo en primera ronda de playoffs y el traspaso de Rudy Gobert a Minnesota lo llevó a cortar lazos con la franquicia al interpretar que él sería el siguiente, como así finalmente sucedió.
“Mitchell estaba enfadado al finalizar la temporada. Enfadado porque Utah Jazz tuvo un año decepcionante», afirmó Windhorst. «Enfadado por las informaciones sobre las relaciones con los compañeros de equipo. Enfadado porque el equipo estaba planeando una reconstrucción que incluía deshacerse de él.» […] “Cuando quedó claro que sus días en Utah estaban contados después de que los Jazz traspasasen a Rudy Gobert el 1 de julio, Mitchell canceló sus planes de unirse al equipo para los entrenamientos en la Liga de Verano de Las Vegas y se fue a Miami.»
Del mismo modo, a Mitchell le dolió ver cómo grandes nombres de otros equipos sí recibieron consideraciones individuales que a él, otro año más, se le resistieron. “Había visto cómo algunos de sus rivales crecieron a su alrededor. Devin Booker en Phoenix. Ja Morant en Memphis. Jayson Tatum en Boston. Trae Young en Atlanta. Estos muchachos fueron incluidos en el equipo All-NBA y Mitchell no.»
Sin embargo, Windhorst recalca que esta desconexión de Mitchell respondió a la necesidad de aislarse de todo tras tantas emociones y que nunca cerró por completo la posibilidad de volver a vestir la camiseta de los Jazz, a pesar de haberse negado a entrenar con sus compañeros.
“No sabía dónde acabaría [..] pero sabía que quería regresar con una energía diferente. Durante esos dos meses entrenó más duro que nunca. Incluso se fue de vacaciones a un resort de 5 estrellas que tenía una cancha de baloncesto. Fue una limpieza mental, física y emocional”.
Superado todo este escenario opresivo, Mitchell vuelve a sonreír y confirma, así, que necesitaba un cambio de aires para recuperar su chispa. Algo que ya el periodista David Locke había compartido tras su traspaso: el escolta estaba completamente agotado y superado por todo lo que supuso ser la gran estrella de los Jazz, incluyendo todo el enrarecido clima social que rodea al estado de Utah.
(Fotografía de portada de Michael Reaves/Getty Images)