Dwyane Wade y su futuro en los Bulls ha sido otro de los pequeños culebrones que hemos vivido este verano. El jugador tiene contrato con Chicago para toda la 2017-18 tras ejercer su player option, por valor de 23,8 millones de dólares. Sin embargo, Wade llevó a cabo ese movimiento antes de que Jimmy Butler fuera enviado a los Timberwolves en la noche del Draft. Aquello cambió el panorama y el escolta empezó a pensar en el buyout.
Una realidad que ha estado presente desde ese momento y durante toda la agencia libre. Los Heat, los Lakers o los Cavaliers se han situado como potenciales destinos de Wade, quien sin embargo no ha ido a las oficinas de los Bulls a solicitar el buyout, la compra de su contrato para quedar libre. Según señala Joe Cowley, de Chicago Sun-Times, el veterano espera a que sea la franquicia de Chicago la que se acerque a él con una oferta para completar el buyout.
Durante este verano, los ejecutivos de los Bulls se refirieron a la salida de su pieza titular y dijeron que sólo se produciría en una situación provechosa para la entidad. Sonaba, y suena, a cartas sobre la mesa en una negociación en la que nadie busca dar el primer paso, siempre a la espera de que sea la otra parte la que camine primero y fije en cuántos de esos 23,8 millones se cierra la marcha de Wade.
A diez días del inicio del training camp, y a pesar de las palabras de Fred Hoiberg en julio, donde dijo que Wade comenzaría el curso con ellos, el tres veces campeón de la NBA con los Heat enfila su marcha de Chicago. La cuestión es saber cuándo, cómo y por cuánto.