El enigma de Kris Dunn y el interés de los 76ers

No existe un manual de instrucciones para jóvenes jugadores a la hora de afrontar el draft. Aconsejados generalmente por sus agentes, cada candidato utiliza una estrategia diferente para maximizar sus opciones de ser elegido en una buena posición o, de forma similar, no minimizarlas. Y al llegar a los jugadores que aspiran a estar en la cumbre del draft, las peculiaridades de cada aspirante se acentuan de forma todavía más extremada.

Demandas imposibles

Ben Simmons, todavía el claro favorito a ser el número 1 del draft, mantiene a poco más de una semana del draft su negativa de entrenar con ningún equipo NBA, incluida la franquicia a la que parece destinado: Philadelphia. Pero el australiano no es el único que sigue manteniendo un perfil bajo. Kris Dunn, otro jugador que aspira a acabar al menos entre los cinco mejores del draft, tampoco ha aceptado ninguna invitación.

El base salido de la universidad de Providence ha impuesto una peculiar condición a cualquier equipo que quiera verle de cerca. Según ESPN, solo aceptará un entrenamiento si puede enfrentarse de forma directa sobre la cancha a Ben Simmons, Brandon Ingram o Jamal Murray, tres jugadores también en el esperado Top-5 del próximo draft y que solo han hecho prácticas en solitario o, en el caso de Simmons, ni siquiera eso. Por tanto, la exigencia de Dunn ha estado bastante lejos de ser aceptada.

El mejor base del draft

Pero los magníficos dos últimos años de Kris Dunn en la liga universitaria mantienen su cotización bien alta. Virtualmente todos los equipos que elegirán en la parte noble del draft han mostrado interés en el base y, de forma particular, los Sixers. Según el periodista Jon Rothstein de CBS Sports, Philadelphia puede tener a Kris Dunn como objetivo si consigue adquirir otra elección en el Top-5 del draft.

La relación entre ambos tiene bastante sentido. Los 76ers necesitan de forma desesperada un base de garantías para iniciar su reconstrucción (lo cual explica su interés por Jeff Teague) y Dunn no solo estaría atado a largo plazo con la franquicia, sino que además puede tener un impacto inmediato tras haber pasado cuatro años en la liga universitaria, aunque apenas jugó en su segunda temporada por una lesión de hombro. Dunn es un jugador con una condición atlética impresionante, perfecto para el contraataque, y a la vez fue también uno de los mejores robadores de balón de la NCAA.

Una estratega complicada

Eso sí, asumiendo que el número 1 del draft, salvo sorpresa mayúscula, seguirá siendo para Ben Simmons, los 76ers necesitarían entrar en el mercado de traspasos con fuerza para quedarse con Dunn. Con dos cotizados jugadores jóvenes como Nerlens Noel y Jahlil Okafor en el mercado y con otras otras dos elecciones del draft en primera ronda (24º y 26º), Philadelphia podría encontrar opciones para moverse de forma agresiva si así lo desean. Por supuesto, otra opción sería traspasar la propia 1ª selección del draft a cambio de una elección más baja para adquirir a Dunn y algún otro jugador o activo, pero Bryan Colangelo, presidente de los 76ers, no ha dado ninguna indicación de que esa posibilidad sea seriamente considerada.

Dicho esto, el draft es una enorme partida de póker con decenas de participantes en la mesa, tanto equipos como jugadores. Promesas como Ben Simmons y Kris Dunn están claramente escondiendo sus cartas mientras que los 76ers, aparentemente más abiertos, saben bien que la información reservada es igual o más importante que la que comparten con los medios. En la noche del 23 de junio, eso sí, no habrá más que ocultar en una fascinante ceremonia del draft que servirá para desvelar muchas incógnitas.


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